El presidente de la Cámara Baja, José Bono, que fue uno de los diputados encerrados en el hemiciclo por las fuerzas de la Guardia Civil comandadas por el teniente coronel Antonio Tejero, ha organizado la cita, en la que han participado unos 60 comensales congregados en el comedor de gala del Congreso de los Diputados.
"Quedamos pocos: está Alfonso Guerra, está Txiki Benegas que había dimitido una semana antes del golpe, Soledad Becerril, Juan Barranco y yo. Somos cinco", ha recordado Bono.
El presidente del Congreso ha dicho que la intentona golpista fortaleció la democracia, miramos hacia atrás y "sirvió de vacuna", aunque no fuera esa la intención de los golpistas, entre otras cosas porque la figura del Rey Juan Carlos "se consolidó de una manera espectacular".
Bono ha invitado también al que hace 28 años era secretario general de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, y al entonces director de la Seguridad del Estado, Francisco Laína.
Han abundado, según varios asistentes, los comentarios y las anécdotas compartidas, incluso después de concluido el almuerzo, que ha servido para reunir a veteranos periodistas de prensa, radio, televisión y agencias de noticias, muchos de ellos ya jubilados.
Un histórico obsequio
El presidente del Congreso ha regalado a todos ellos una copia del acta que sobre lo ocurrido en la Cámara el 23-F de 1981 él mismo redactó junto a los otros tres secretarios de la Mesa por encargo del juzgado militar especial instructor de la causa abierta por el intento de golpe de Estado.
Allí se relatan, en lenguaje oficial, los pormenores de las horas vividas en el hemiciclo, desde los gritos de Tejero, los disparos de los guardias civiles de los primeros momentos, la escasa información que recibían los diputados a través de teletipos leídos desde la tribuna y la atención médica prestada a algunos parlamentarios.
"El Rey se hizo el Rey de todos los españoles"
Bono ha argumentado que, "para muchos ciudadanos", Don Juan Carlos "había sido designado" por Franco, que no tenía "autoridad para designar a nadie en el ámbito de la democracia" y ese día, "con una legitimación y legitimidad de ejercicio, el Rey se hizo el Rey de todos los españoles, no sólo en la consideración jurídica o intelectual, sino afectiva".
"Se le empezó a querer por todos a partir de aquella noche en la que se puso de parte de su pueblo, en vez de ponerse de parte de los golpistas como habían hecho otros reyes anteriores", ha agregado.
La reunión, calificada de muy emotiva por varios de ellos, ha servido para el reencuentro entre muchos de los que compartieron las horas de incertidumbre que comenzaron con la entrada de los guardias civiles armados en el Palacio de las Cortes, cuando se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno.