sábado, mayo 25, 2024
- Publicidad -

Avaricia

No te pierdas...

Dando mi paseo matinal por el centro de Madrid -que ustedes saben que me fascina-, y tras comprobar que las hordas de turistas continúan paseando a pesar de la ola de calor que nos azota-seguro que es una venganza de Merkel por incumplir la deuda-, me siento a tomar una cervecita en una conocida terraza que tiene unos modernos aspersores de agua para refrescar a los clientes.

Me atiende un camarero con claro aspecto sudamericano que me sirve con diligencia y prontitud, en la más vieja tradición de la hostelería madrileña. De improviso, el hombre vuelve hacia mi persona, mirándome con ojos de curiosidad. Yo, inquieto, le pregunto:

     -Perdone ¿le ocurre algo?

     -No quiero molestarle con esta vaina, señor-responde-¿usted es Jose Romero, el escritor? Yo leo todos sus artículos.

Por supuesto que el espíritu se me hincha de orgullo al verme reconocido, pero aún así contesto con falsa modestia:

     -Si soy yo. Muchas gracias por leerme ¿Qué tal le va en España?

     -La verdad es que bien. Yo soy boliviano y allá las cosas no están muy bien. Pero bueno, aunque gano poco, me da para vivir.

     -¿Gana poco?-pregunto fingiendo estar interesado por la situación de empleado.

El hombre baja la mirada al suelo conmiserativamente y responde:

    -Ochocientos euros mensuales por doce horas de trabajo. Ya sabe lo que es la hostelería: se sabe cuándo se entra pero nunca cuando se sale.

    ¡Ochocientos euros por doce horas de trabajo! ¡Nos estamos acercando peligrosamente a la esclavitud! Ahora si me interesa su historia.

    -¿Acaso no hay clientes? Porque yo veo todo lleno-inquiero con cierta maldad.

    -Señor, el bar esta siempre lleno. Hacemos cajas de una barbaridad de dinero, pero el dueño siempre insiste en que paga muchos impuestos, que cuesta mucho la seguridad social…

    -Claro, es lógico-afirmo-. El pobre hombre apenas ganará un duro con el negocio.

   -Hombre señor Romero, ganar no sé si ganara, pero tiene un Mercedes último modelo, un chalet en Madrid y dos en la playa. Además tiene posee tres bares más como este. Ahora mismo está de vacaciones en Miami. No vive mal, pero se niega a subirnos el sueldo. Dice que para tener dinero, lo mejor es no gastarlo. Mire, yo entiendo que viva bien, para eso el negocio es suyo, pero podía tener algún detalle con nosotros.

Tras un rato de conversación con el camarero ultramarino, acabo mi cerveza y me marcho para casa. Por el camino pienso sobre lo que he oído. Yo soy partidario de la economía libre, pero creo que cada uno debe ganar el sueldo que se merece. Y ese es el gran problema de la economía mundial: la avaricia. Henry Ford creo el coche Ford T, con una idea: todos mis trabajadores deben ganar lo suficiente para poder comprarse un coche. Ese debe ser el principio del capitalismo con rostro humano: Todos mis trabajadores deben vivir plenamente con un sueldo digno y sin ser explotados por mi avaro comportamiento.

         ¿Qué necesita un hombre o una mujer rico para ser feliz? Más dinero. Y eso no es bueno para nadie.

         ¡La avaricia rompe el saco y la sociedad!

José Romero

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -