lunes, junio 17, 2024
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“Me negué a las novatadas y me hicieron la vida imposible”

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“Llegué a Madrid desde Valencia a primeros de septiembre para acostumbrarme al lugar antes de empezar la universidad. Me acompañó mi madre y a la semana volvió a casa. Justamente esa semana comenzaron las novatadas en el Colegio Mayor en el que estaba y yo, como novato, entraba dentro de ellas. Sin embargo, me negué y me hicieron la vida imposible”, explica Marcos, estudiante de cuarto curso de Comunicación Audiovisual, que en su segundo año de carrera se trasladó a un piso compartido.

Como él, a lo largo de los meses de septiembre y octubre, con el inicio del curso universitario, miles de jóvenes universitarios son sometidos a novatadas en colegios mayores, residencias y facultades de las distintas universidades. Marcos no quiso formar parte de estos “abusos” así que decidieron hacerle la vida imposible: “Comía en mi cuarto, cuando caminaba al lado de alguien todos bajaban la mirada… me marginaron”.

Rapar las cabezas, echar agua congelada sobre un estudiante mientras duerme, ‘huevazos’, ‘tartazos’, rebozarles en harina, pasar la noche fuera sin ropa o beber vinagre y detergente son algunas de las “bromas” que los más veteranos gastan a los novatos.

Lo que para unos puede ser maltrato físico, otros quieren convertirlo en tradición. Las novatadas siguen presentes en las universidades y, a pesar de que en España se haya firmado una moción contra este tipo de actuaciones y, que actualmente se prohiban, los veteranos continúan celebrando las famosas novatadas curso tras curso.

Pesadilla

En muchas ocasiones, las novatadas se convierten en la pesadilla de una gran mayoría de nuevos estudiantes y todos los años las denuncias contra ellas aumentan. En muchas ocasiones llegan a rozar el delito. Hay, además, una gran permisividad social. “Mientras consideremos las novatadas como algo normal por lo que hay que pasar para hacer amigos, las cosas no van a cambiar. Lo mismo ha sucedido con otros tipos de maltrato”, explica Loreto González-Dopeso, psicóloga y portavoz de la asociación ‘No más novatadas’, en el periódico ABC.

“Las novatadas hacen daño y aíslan a la gente. Quiero denunciar el desamparo y la impunidad pero nadie se atreve a tomar medidas”, explica un joven que sufrió novatadas, “pido apoyo y protección ante este tipo de maltrato socialmente aceptado”. Las universidades y los distintos colegios mayores denuncian este tipo de acciones, aunque según explican varios afectados a Estrella Digital, no consideran que con denunciarlo se haga mucho: “Hay que tomar medidas al respecto”, explican.

Hoy se han creado numerosas plataformas y asociaciones en contra de este tipo de prácticas. En este sentido, en ‘No más novatadas’ exigen que se cree un teléfono centralizado de orientación a las víctimas, protocolos claros de denuncia, una normativa clara y de obligado cumplimiento y campañas de sensibilización en la ESO y en el Bachillerato.

Demandas a colegios mayores

A falta de un número de teléfono único para denunciar este tipo de abusos, la Asociación contra las novatadas y el maltrato entre universitarios a puesto a disposición de los afectados un número de teléfono (674 680 934) para denunciar estas prácticas. También invitan a denunciar en la Policía Nacional o en la Guardia Civil.

Otra de las medidas que demandan las víctimas que se encuentran en colegios mayores es la devolución del dinero íntegro de la reserva de plaza en caso de tener que abandonar un centro por negarse a formar parte del mundo de las novatadas. El curso pasado, Manuel González, escribió una petición en Change.org en la que describía su experiencia y en la que aseguraba haber tenido que pagar al Colegio Mayor por irse a mitad del curso.

En la página web de la Universidad Complutense de Madrid denuncian estas prácticas y advierten que son una práctica ilegal: “Los comportamientos que implican falta de respeto, humillación, acoso o abuso, por leves que sean, no pueden ser considerados una tradición, ni ayudan a nadie a “integrarse”. No hay contexto “divertido” que lo justifique”, explica la universidad. El Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España divulgó un manifiesto en el que se pide el fin de estas prácticas.

Muchos novatos invitan a otros a denunciar una vieja tradición que ha conseguido llegar intacta hasta la universidad del siglo XXI y acabar así con la ley de silencio que se ha impuesto entre ellos.

Andrea Morea

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