lunes, junio 17, 2024
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Feijóo pide paso para suceder a Rajoy

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Ni la crisis económica, ni su pose fotográfica en bañador junto al narcotraficante Marcial Dorado ante las Islas Cíes -difundida hasta la saciedad por sus adversarios- ni la irrupción de las Mareas en el panorama político gallego han podido desgastar el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo en Galicia. El candidato del Partido Popular de Galicia fue el gran triunfador de la noche electoral del 25 de septiembre al lograr una holgada mayoría absoluta (41 escaños en un parlamento formado por 75), que lo sitúa en primera línea en todas las quinielas para suceder a Mariano Rajoy en Madrid.

La de este domingo es la tercera mayoría absoluta que logra Núñez Feijóo desde que en 2009 lograra por primera vez la llave del Pazo de Raxoi, sede de la Presidencia de la Xunta de Galicia, con 38 escaños. Una mayoría absoluta que revalidó y amplió en 2012 (41 escaños) y que ahora, con esta de 2016, lo sitúa a un paso de igualar la trayectoria del histórico dirigente gallego Manuel Fraga, quien consiguió cuatro mayorías absolutas en 1989, 1993, 1997 y 2001. Galicia se afianza, además, como el gran granero de votos y colchón de seguridad para el PP en las generales.

El resultado de este 25 de septiembre mantiene además a Núñez Feijóo como el único presidente de una comunidad autónoma que gobierna con mayoría absoluta. Una circunstancia que lo distingue y que le permite marcar una distancia abismal respecto del resto de supuestos aspirantes a reemplazar a Mariano Rajoy al frente del PP nacional. Ni Soraya Sáenz de Santamaría, ni Pablo Casado, ni la amiguísima Ana Pastor y ni siquiera la idolatrada Cristina Cifuentes, que gobierna en Madrid, pueden ahora mismo poner sobre la mesa un aval semejante.

Los números hablan por sí solos. El PP gallego ha cosechado 41 escaños y casi 48% de los votos emitidos y ha ganado en las cuatro capitales de provincia y en las ciudades de Vigo, Santiago de Compostela y Ferrol. Le sigue a mucha distancia En Marea, la marca de Podemos en Galicia, que encabezada por el magistrado Luis Villares entra en el Parlamento Gallego como elefante en cacharrería y se erige en la segunda fuerza de la cámara con 14 diputados y el 19% de los sufragios. Una irrupción que supone un duro varapalo para los socialistas del PSdeG, que pierden 4 diputados y se quedan también con 14 y un punto menos en votos (no llegan al 18%) que las huestes de Pablo Iglesias.

Los socialistas gallegos, capitaneados por Xoaquín Fernández Leiceaga, cosechan así su peor resultado histórico en Galicia, donde también se puede decir que se ha producido el ‘sorpasso’, al menos en votos. No es la primera vez que el PSdeG queda relegado al papel de tercer partido del espectro parlamentario. Ya ocurrió en las autonómicas de 1997, cuando fueron superados como segunda fuerza por el Bloque Nacionalista Galego (BNG) que entonces lideraba el irreductible Xosé Manuel Beiras. Aquella debacle no impidió el resurgir de los socialistas ocho años después. En 2005 lograron investir a Emilio Pérez Touriño presidente de la Xunta gracias a un pacto con el BNG. El partido nacionalista, hoy encabezado por Ana Pontón, no pudo este 25S ni tan siquiera revalidar el mal resultado de las anteriores autonómicas: logró 6 diputados, uno menos que en 2012, y algo más del 8% de votos.

Emoción contenida

La del 25 de septiembre no fue, en absoluto, una noche de nervios para el candidato del PP, que tras votar decidió irse a su casa para seguir desde allí tranquilamente la evolución de la jornada. Desde su domicilio, pasadas las diez y media de la noche, con su tercera mayoría absoluta ya en el bolsillo, se trasladó primero hasta la sede de su partido y después al hotel de Santiago de Compostela donde los ‘populares’ habían instalado el cuartel general para la noche electoral, a donde acudió a las once y media.

Pese al su holgado triunfo, el tono de Núñez Feijóo fue muy contenido a la hora de comparecer para valorar el resultado electoral.  El líder de los 'populares' gallegos compareció en tono tranquilo y al ser preguntado si se sentía el futuro del PP respondió: «Yo soy el presente de Galicia». Tuvo palabras de agradecimiento para todos los españoles,  pero cerró su discurso con la frase «Galicia,  Galicia,  Galicia»  y pidió exportar al resto de España el «sentidiño» que, a su juicio, ahora impera en su comunidad.

Pero como la victoria tiene muchos padres, en Madrid el PP nacional no desaprovechó la oportunidad de apuntarse un tanto. Uno de sus pesos pesados, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, compareció en la sede de Génova 13 para celebrar el resultado. Desde entrada la tarde, fuentes de Génova se afanaron por atribuir buena parte del éxito al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, por “volcarse” en la campaña de las elecciones gallegas. En el recuerdo quedaron las noches electorales en que nada había que celebrar y los ‘populares’ sacaban al vicesecretario Pablo Casado para valorar los comicios, como sucedió en las dos últimas elecciones generales.

César Calvar

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