domingo, mayo 26, 2024
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Galicia y Euskadi dejan a Sánchez en el alero

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Alberto Núlñez Feijóo revalidó ampliamente su mayoría absoluta en el Parlamento Gallego, y el actual lehendakari, Íñigo Urkullu, volvió a ganar con mayoría simple pero rotunda en País Vasco. Nada nuevo aparentemente, salvo que la intrahistoria de estas elecciones autonómicas han dibujado un cataclismo electoral para el PSOE. Singularmente en Euskadi, donde han perdido siete escaños y un seis por ciento en votos. Aún por debajo de sus resultados en la pésimas elecciones generales de hace solo tres meses. En Galicia, el PSdG se ha dejado cuatro escaños y tres puntos. “Un desastre”, asegura un barón socialista esta noche electoral a Estrella Digital.

Los equilibrios de Pedro Sánchez son cada vez más complicados de cara al Comité Federal del próximo sábado, 1 de octubre. Si el secretario General del PSOE contaba con un bálsamo con estas elecciones, tras el batacazo de junio en la generales, se ha llevado un revolcón sin contemplaciones. Su anuncio de proponerse como candidato, una vez más, a la presidencia en una posible investidura, no le ha proporcionado un solo voto.

Pero los ganadores de la noche electoral han sido Núñez Feijóo y Urkullu. En Galicia, el PP ha logrado 41 escaños, los mismos que el 2012, pero con más respaldo popular (un 47% de los votos), lo que dadas las circunstancias, refuerzan al líder gallego en Génova. El virtual empate en escaños –que no en votos, duelo en el que ha perdido el PSOE– entre PSdG y Mareas, es una calamidad para los socialistas gallegos. En Marea aparece en el Parlamento Gallego comiéndose casi al BNG y buena parte de la candidatura socialista. Sin embargo su escaso ‘sorpasso’ no ha sido ni mucho menos arrollador, y es llamativa la pérdida de apoyos del conglomerado respaldado por Podemos en ciudades de las llamadas “del cambio” como Santiago de Compostela o La Coruña. Las divisiones de Podemos y las complicaciones para incorporarse a la candidatura –con enorme desconfianza por parte de las ‘mareas’ gallegas– han lastrado el empuje de esta alternativa de izquierda radical y con un toque nacionalista que va perdiendo empuje cita electoral tras cita electoral. Podemos-Mareas logró un 22% en la generales de junio, mientras que ahora se ha quedado en el 18%.

En Euskadi Íñigo Urkullu revalida su mayoría simple con 29 escaños en el Parlamento Vasco. Podemos irrumpe con energía, pero no adelanta a Bildu –que pierde votos y escaños– y, sobre todo, sigue rebajando las expectativas, después de que ganara en las generales de diciembre y en las de junio. El gran batacazo es el del PSE-PSOE, que se queda en 9 escasos diputados, empatado con el PP del exministro Alfonso Alonso. Desde que Patxi López fuera lehendakari, la caída ha sido importante para el PSE, pero en estas elecciones ya se acerca a la descomposición. El PP ha aguantado el embate más o menos, con leve pérdida de apoyos y un escaño.

El PNV necesitará apoyos

La otra clave de la jornada era qué papel tendrían los 5 diputados del PNV en el Congreso de los Diputados en función de los resultados en Euskadi. El PNV necesita a PSOE o PP para gobernar, lo cual deja las cosas realmente como estaban y con las dos barajas en la mano de Urkullu y Aitor Esteban, su portavoz en Madrid. Urkullu ha anunciado conversaciones “con todas las formaciones políticas” para un proyecto sólido. EH Bildu también está a tiro para proporcionar la mayoría absoluta a Urkullu.

Fuera de ambos parlamentos queda Ciudadanos. La formación de Albert Rivera pasa por una delicada situación, tras dos pactos de investiduras fallidos, con PSOE y PP. La perspectiva de unas terceras elecciones generales es pésima para Ciudadanos, y el hecho de no haber encontrado refrendo a sus pactos en estas elecciones autonómicas no es un buen síntoma para ellos.

La última digestión de estas elecciones tendrá lugar el sábado, 1 de octubre, en la calle de Ferraz, en Madrid. Allí, en la sede del PSOE, se reunirá el multitudinario Comité Federal. Los partidarios de Sánchez creen que tienen votos suficientes entre los notables, pero los barones se sienten llamados por la urgencia histórica tras este nuevo fiasco, que sigue al de las municipales, al de las primeras generales y el de las del pasado mes de junio, donde cayeron a 85 diputados. Nunca tuvieron tan poco respaldo popular. El “No”, no ha llevado a ningún lado. Sánchez ha desoído las voces de todos los veteranos del partido. Su estrategia es ser presidente del Gobierno o nada, por más que no haya aritmética que respalde sus deseos. Su única salida va a ser “atrincherarse”. El duelo se dirimirá el sábado.

Redacción

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