Según los últimos datos de la Estrategia Nacional en Diabetes, elaborada por el Ministerio de Sanidad, se ha producido un incremento de entre el 4 y el 8 por ciento -dependiendo de la comunidad autónoma- en la tasa de incidencia de esta enfermedad. Datos que aumentan la preocupación, sobre todo porque los niños constituyen uno de los colectivos donde crece el número de afectados, en especial debido «al sedentarismo, la falta de ejercicio y la obesidad», ha indicado recientemente la ministra, Trinidad Jiménez. Ángel Cabrera, presidente de la Federación de Diabéticos Españoles, que engloba a 168 asociaciones españoles con casi tres millones de pacientes, cree que la verdadero estado de la diabetes en nuestro país «es peor» que la mostrada por los documentos oficiales y propone más formación médica y sensibilización social.
¿Cómo valoran los datos de la Estrategia Nacional de Diabetes? ¿Le preocupa sobremanera el auge entre niños y jóvenes?
Es complicado hacer una valoración de estos resultados, puesto que, a día de hoy, los únicos y los últimos datos que nos ha proporcionado el Ministerio sobre la Estrategia en Diabetes son los mismos que los facilitados a los medios de comunicación, a pesar de que FEDE es miembro del Comité de Seguimiento y Evaluación de la Estrategia. No obstante, a día de hoy, esa Estrategia está paralizada y no ha avanzado prácticamente nada desde que fuera aprobada en 2006. Se elaboró con el objetivo de poner a disposición de las administraciones sanitarias autonómicas de España una herramienta de coordinación para, entre otros fines, reducir la falta de equidad territorial y eficiencia de la atención sanitaria recibida por los pacientes con diabetes en España. Sin embargo, actualmente cada comunidad autónoma impone sus propios criterios en lo relativo al tratamiento a la diabetes, generando situaciones de discriminación entre los pacientes en función de su lugar de residencia.
A todo esto vienen a sumarse investigaciones, como el Estudio Atlas de la organización y asistencia a las personas con diabetes en el SNS (Sistema Nacional de Salud), que ponen de manifiesto que la situación de la diabetes es aún peor que la dibujada por el Ministerio. Así por ejemplo, aunque la Atención Primaria tiene un papel fundamental en el diagnóstico y tratamiento de la diabetes -sobre todo de la tipo 2-, el 90% de médicos de familia que participaron en el citado estudio afirmó no conocer la Estrategia en Diabetes del SNS. Asimismo, sólo alrededor del 50% de los endocrinólogos afirmó sí conocerla y el 34% de ellos se abstuvo de responder. De igual forma, el conocimiento por parte de los médicos de familia y endocrinólogos sobre la existencia de planes estratégicos autonómicos fue bastante bajo.
El Ministerio de Sanidad achaca el aumento, sobre todo, a la obesidad y el sedentarismo. ¿Es la sociedad española lo suficientemente consciente de que estas prácticas son perjudiciales?
Actualmente existen cientos de estudios e investigaciones sobre los hábitos de los españoles. En la mayoría de ellos existe una pauta común y paradójica: la sociedad española (mayores de 18 años) «afirma saber» qué riesgos se derivan de unos hábitos de salud inadecuados y qué hay que hacer para evitarlos: alimentación equilibrada, deporte moderado, etc. Pero, al mismo tiempo, «reconoce» que no los lleva a la práctica por diferentes motivos, entre los que destaca la falta de tiempo. Ante esta situación, desde FEDE se considera prioritario que las Administraciones Públicas impulsen acciones fundamentalmente de concienciación, sensibilización, educación e información. Y es que, está demostrado que para mantener o tener unos hábitos saludables no es necesario ni grandes esfuerzos ni invertir mucho tiempo, sólo adquirir hábitos diarios saludables básicos, sencillos de seguir y mantener en el tiempo.
¿Qué líneas de actuación propone la Federación para corregir y prevenir esos malos hábitos, además de otros, como el tabaco y el alcohol? ¿Lleva demasiado tiempo instaurar esas buenos prácticas, como el ejercicio físico?
Desde FEDE se apuesta por invertir en políticas de sensibilización y también en políticas preventivas, sobre todo de información y de formación regladas y continuadas, dirigidas tanto a la sociedad en general como a los colectivos de riesgo, en particular. Este tipo de políticas son las más efectivas por sus resultados y, al mismo tiempo, a medio y largo plazo, contribuyen a reducir el gasto de la administración sanidad. También consideramos que las Administraciones Públicas deben hacer un esfuerzo inversor en políticas de información y de formación específicas, regladas y continuadas para las personas con patologías como la diabetes. Es importante proporcionar a estos colectivos todas las herramientas necesarias y básicas para que puedan gestionar su enfermedad con la mayor comodidad y facilidad posible. Reivindicamos claramente el incremento de la inversión en este tipo de políticas que, no obstante, tememos se vea resentida por la actual crisis económica, y que ya hemos percibido tras la reducción de recursos destinados por las administraciones sanitarias autonómicos en el presente ejercicio económico.