España ya tiene nuevo presidente: Mariano Rajoy Brey. Nació hace 56 años en Santiago de Compostela y tras ocupar puestos de cierta relevancia en Galicia llegó a la política nacional. Lo hizo de la mano de su mentor, José María Aznar, primero como vicesecretario general del PP y despúes -cuándo Aznar ganó las elecciones en 1996-, como ministro y vicepresidente del Ejecutivo. Hoy, 7 años después de haber sido designado presidente del PP y con tres campañas electorales a sus espaldas alcanza uno de sus mayores sueños: llegar a La Moncloa como presidente del Gobierno.
Lo hacía a las 11.45 de la mañana de este miércoles, minutos despúes de jurar su cargo en el Palacio de la Zarzuela ante los Reyes y los máximos representantes de los tres poderes del Estado, además de su familia y muy especialmente su mujer, Elvira Fernández. Un emotivo acto cargado de simbolismo. Con la mano izquierda apoyada sobre una Biblia y luego la derecha sobre un ejemplar de la Constitución abierto por el artículo 99 relativo al nombramiento del presidente del Gobierno, Rajoy ha jurado «cumplir fielmente las obligaciones» de su cargo «con lealtad al Rey» y «guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado».
En el Salón de Audiencias, además de Francisco Caamaño como notario mayor del Reino, también han presenciado la jura el coordinador de Presidencia y Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, quien ha acompañado a Rajoy a Zarzuela, así como altos cargos de la Casa de Su Majestad. Los primeros en entrar al Salón de Audiencias han sido los Reyes, mientras que segundos después lo hacían los representantes de los poderes del Estado y por último Rajoy. El acto ha arrancado con la lectura del texto del real decreto por el que se nombra a Rajoy presidente del Gobierno, publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y que firmaron ayer el Rey y Posada una vez que el candidato obtuvo la confianza del Congreso por mayoría absoluta en primera votación.
La anécdota del día llegó en el momento de la foto -la última instantánea de Zapatero, Rajoy y Don Juan Carlos juntos-, cuando el líder socialista comentó con una sonrisa que los tres tenían más o menos la misma altura. Tras esta broma, el presidente saliente, con cara muy sonriente, se apartó rápidamente -para dejar hablar a solas a Rajoy y al Rey- y se unió al corrillo que a unos metros de allí formaban la Reina, Posada, García-Escudero, Caamaño y Sala.