miércoles, mayo 22, 2024
- Publicidad -

«La poesía de Claudio Rodríguez está llamada a durar»

No te pierdas...

¿Cómo definiría a Claudio Rodríguez?

Fue uno de los mejores poetas de la segunda mitad del siglo XX, incluso se podría decir que fue el más grande de todos; él mismo se consideraba un poeta del canto, de la alabanza y la celebración, algo que dice mucho de su forma de ser y escribir si se tiene en cuenta que su vida estuvo marcada por algunas experiencias bastante desgarradoras; sin embargo, Claudio pensaba que había que sobreponerse a las dificultades y esa era su doctrina. Lo más importante es la alegría, decía. Su primer libro, Don de la ebriedad, sorprendió a los críticos, que no se explicaban cómo un joven de 19 años podía tener esa capacidad creativa. Esa explosión poética fue algo completamente inesperado.

Y como hombre, ¿qué destacaría?

Era una persona tímida a la que, sin embargo, se le daba muy bien conectar con la gente. En su intimidad, era un hombre reservado que sobrevivió a la temprana muerte de su padre y a otras duras experiencias sin apoyarse en nadie. En este sentido, muchos críticos han destacado que era un ejemplo del típico castellano, aunque desde muy joven fue madrileño de adopción. Tuvo muchísimos amigos, entre ellos el poeta Vicente Aleixandre, a quien le unió una profunda amistad y una mutua admiración. Carlos Bousoño, José Ángel Valente o Blas de Otero fueron otros hombres que camiron junto a él.

¿Cómo ha sido el proceso de edición de Rumoroso cauce?¿Qué destacaría del libro?

Es una obra formada por una veintena de miradas de expertos en la obra de Claudio y de poetas que se sienten muy cercanos a su manera de concebir la poesía. Creo que lo mejor de Rumoroso cauce es que contiene ensayos para todos lectores: para los que se acercan por primera vez a la obra de Claudio Rodríguez y para los que la conocen muy bien y quieren un enfoque diferente. Es un libro con gancho, porque está compuesto por ensayos independientes y cada uno analiza un poema diferente del autor. Algunos de los ensayistas son Carlos Marzal, Luis Muñoz o Fernando Yubero. Además, incluye algunas cartas y un archivo de fotografías.

Con respecto al proceso de edición, que comenzó hace unos cuatro años, tengo que decir que ha sido un poco agridulce, ya que fui muy amigo de Claudio y, como tantos otros, sentí mucho su muerte antes de tiempo, una muerte que nos sorprendió a todos; por una parte, el libro ha supuesto un reencuentro con él, lo cual es una alegría, pero también está presente la tristeza de la despedida.

¿Cree que su figura está tan reconocida como merece?

En vida, recibió muchísimos premios. Tuvo la suerte, además, de publicar joven, y fue muy reconocido en su momento. Sin embargo, hay que aclarar que no hablamos de un novelista, sino de un poeta. Hay pocos lectores de poesía en comparación con la narrativa. No obstante, creo que Claudio está reconocido como uno de los clásicos del siglo XX; tuvo lectores y siempre los tendrá, porque su poesía no es solo para el siglo XX, sino que está llamada a durar. Siempre habrá nuevos lectores y espero que este libro ayude a seguir difundiendo su figura.

¿Qué importancia tiene la etapa extranjera en su obra?

Claudio vivió varios años en Inglaterra, donde fue lector de español en las Universidades de Nottingham y Cambridge. Esta etapa le enriqueció mucho, sobre todo por el contacto con los románticos ingleses. De hecho, la gran presencia de la autobiografía en su poesía está ligada a la tradición de la poesía romántica europea. En cuanto a su poesía autobiográfica, lo que hizo Claudio fue tomar su propia vida como paradigma de lo humano, para así articular la poesía sin caer en lo cotidiano o en lo vulgar.

¿Qué poemas destacaría de su extensa producción?

Destacaría, por citar solo uno, el poema Lo que no es sueño. Citaría cuatro versos que reflejan su visión de la vida y de la poesía como algo moral. Para Claudio, la poesía expresa la obligación humana de sobreponerse a todas las dificultades que uno encuentre. En sus poemas, siempre se esforzaba por hacer la mejor poesía posible, porque para él un poema era una manera de recomponer los fragmentos con los que uno se encuentra en la vida.

Déjame que con vieja

sabiduría, diga: a pesar, a pesar

de todos los pesares

y aunque sea muy dolorosa y aunque

sea a veces inmunda, siempre, siempre

la más honda verdad es la alegría.

¿Cómo se hubiera tomado Claudio el homenaje de haber vivido?

Él solía decir que no le importaban los premios, y es verdad que lo que realmente le interesaba era el proceso creativo, hacer sus poemas; por ello, creo que este libro lo vería como una muestra del cariño que le teníamos todos los colaboradores que lo hemos firmado.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -