viernes, julio 26, 2024
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Análisis de las elecciones catalanas

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José Virgilio Menéndez Medrano
José Virgilio Menéndez Medrano
Diputado en la Asamblea. Secretario General del Grupo PP en la Asamblea de Madrid.

Este pasado domingo 12 de mayo se han celebrado las elecciones autonómicas catalanas, y en contra de la práctica habitual entre los partidos políticos de que todos han ganado, el resultado de este domingo muestra muy a la clara quiénes son los ganadores de dichas elecciones y quienes los perdedores, y cuál es el hecho evidente y más noticioso que se deriva del resultado.

En primer lugar, y entre los ganadores de las elecciones, sin duda hay que hablar de Illa y el PSC. Son quienes más escaños y más porcentaje de voto, aunque los 42 escaños obtenidos por Illa quedan aun lejos de los 52 que obtuvo Maragall.

Su campaña basada en la convivencia y la superación del independentismo fanático que suponía el “prusés” ha tenido éxito, y a pesar de la segura inconstitucionalidad de la ley de Amnistía (recordemos que va contra los artículos 62.i de la Constitución del 78 que niega la posibilidad de indultos generales, y el 14 que habla de la igualdad de los españoles), no olvidemos provocada solamente por la necesidad de los 7 votos de Junts de Sánchez para seguir en La Moncloa, Illa ha sabido vender que todo se ha hecho por la convivencia en Cataluña. Es lo que tiene la política en estos momentos que tildaba el sociólogo Bauman de tiempos líquidos, de que sólo se premia la inmediatez aun cuando se violentan preceptos constitucionales como en este caso.

En cualquier caso, ahora llega el momento de conformar Gobierno y es cuando el PSC debe demostrar que no está supeditado a los caprichos de Sánchez, pues la opción del tripartito de izquierdas (o bipartito con apoyo externo) parece ser la más lógica tras el resultado de las urnas. Mención aparte, qué paradoja, merecen los argumentos que están repitiendo los socialistas de que deben gobernar ellos porque han sido los que han ganado en la urnas, argumentos copiados a los que dio Feijóo y el PP a partir del 23 de julio. Y todo ello, sin sonrojarse lo más mínimo.

El segundo gran ganador de estas elecciones ha sido el PP de Cataluña. Es el partido que más sube en votos (más de 233.000) y en puntos (7,13 puntos). Sus 15 diputados (12 más de los que tenía) devuelven la ilusión a una militancia luchadora y muchas veces maltratada en una plaza siempre difícil. Además, demuestra que Cataluña, donde Feijóo se exigía y exigía a los suyos tener peso para alcanzar La Moncloa, también puede ser un granero que aporte muchos escaños en las Cortes Generales.

También ganadores se pueden considerar los partidos más extremos que comparten casi todo (especialmente un discurso muy duro en inmigración) menos la patria: Vox que mantiene su representación, y Alianza Catalana que surge en el Parlament con 2 escaños.

En cuanto a los perdedores, los grandes derrotados sin duda son los partidos nacionalistas. En primer lugar, ERC. El partido que presidía la Generalitat y que ha convocado las elecciones, ha sufrido una debacle en toda regla víctima de su pésima gestión, como dicen unánimemente todos los analistas y como muestra el retroceso de Cataluña en diversos indicadores socio económicos. Esto ha llevado a la dimisión al todavía President. 

También es perdedor la antisistema CUP que pierde casi la mitad de sus escaños, y SUMAR-COMUNES, que sigue la tónica general de todo lo que toca Yolanda Díaz: humo que se desvanece entre las manos.

Y cómo no, también podemos tildar de perdedor a Puigdemont. 

El “Braveheart” catalán, el prófugo de la Justicia más famoso de España y quien sostiene al Gobierno de Pedro Sánchez, no ha obtenido los resultados que su personalidad mesiánica esperaba. 

Quien piensa que es el Moisés que llevará a su país a la tierra prometida, a estas horas aún no parece asumir que los catalanes no le han premiado, y sobre todo, que han elegido a unos colonos españoles, como despectivamente les tilda. Su primera intención de presentarse a la investidura busca sin duda chantajear al Presidente Sánchez, en vista de lo fácil que le ha sido hasta ahora, y los magros resultados que ha obtenido, en todas sus negociaciones /chantajes con el primero. Y por qué no, también buscaría que las elecciones se repitieran en octubre buscando acabar con ERC.

Sin embargo, tras los resultados del domingo, Puigdemont ya no está en la misma situación de fortaleza ante Sánchez. De hecho, a pesar de seguir controlando sus imprescindibles para Sánchez 7 diputados en el Congreso de los Diputados, el relato del momento ha cambiado.

Y aunque con Sánchez nunca se debe descartar nada, pues su prioridad siempre es él mismo, parece claro que se abre una nueva etapa en Cataluña en la que el gran reto es demostrar si el PSC sigue con su política filonacionalista acomplejada ante los independentistas, o de una vez por todas, se compromete sin matices con el proyecto común nacional de todos los españoles. Lo veremos en los próximos meses.

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