miércoles, mayo 15, 2024
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La colosal era Gasol culmina con el bronce más agónico

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La selección española de baloncesto masculina logró el bronce al imponerse a Australia (88-89) en un encuentro en el que llegaron a ir por detrás en el marcador a falta de pocos segundos para el final. Pau no decidió con una canasta en los últimos segundos, pero el mayor de los Gasol mantuvo a los suyos con vida hasta ese momento gracias a una actuación personal soberbia. Los 23 puntos, 11 rebotes, 41 de valoración y 11 de 13 en tiros de campo lo dicen absolutamente todo.

Mister doble-doble tiene ya 36 años y no volverá a los Juegos Olímpicos, por lo que esta presea es la guinda perfecta a una carrera inolvidable. El mejor jugador de la historia de España parecía mayor a mitad de este ciclo olímpico, pero demostró que todavía es el auténtico líder de este grupo y que toda España le echará de menos cuando decida aparcar las zapatillas.

Felipe Reyes y Juan Carlos Navarro también se irán, pero al menos dejan unos fundamentos de juego mucho mejores de los que tenía España antes de su explosión. Sin embargo, los tres estuvieron muy cerca de marcharse de vacío, cuando en la primera parte parecía que tenían el encuentro controlado. Andersen y sobre todo Patrick Mills no encontraron demasiada oposición en los ataques.

El choque fue un rápido intercambio de golpes en los últimos minutos, hasta que finalmente Sergio Rodríguez transformó los dos tiros libres de una falta muy protestada por los españoles para poner por delante a España a pocos segundos para el final. Australia lo intentó hasta el final, pero España sacó entonces lo mejor de sí en defensa para evitar el tiro.

El primer cuarto empezó de la mejor manera posible para España, puesto que Gasol se encontraba muy cómodo en la zona, mientras que Mirotic recuperó el acierto exterior, después de un encuentro gris frente a Estados Unidos. Por eso, Australia no pudo seguir el rimo y a mediados de cuarto se empezaba a quedar descolgada en el marcador, hasta que salió Andersen al rescate. El veterano australiano las enchufaba desde todas partes, mientras que los defensores no sabían muy bien como contrarrestar su gran movilidad. Así las cosas, España llegó al al descanso con seis puntos de ventaja.

Gasol fue un gigante en la zona

No obstante, en el segundo cuarto la segunda unidad salió con muchísima intensidad capitaneada por Henangómez, Navarro y Reyes, con lo que consiguieron escaparse de más de diez puntos, cuando Australia no encontraba la manera de meterle intensidad a su defensa. Los oceánicos no hicieron ni una sola falta en esa fase del parcial y eso les permitió apretar al final, hasta que lograron reducir la distancia, nuevamente gracias al acierto de Andersen y a las canastas de Mills. España tuvo una pequeña pájara que sirvió para que los australianos se fuesen al descanso con tan solo dos puntos de desventaja.

Con el partido igualado en el tercer cuarto, Australia fue capaz de mantener el intercambio de golpes, a pesar de que Pau Gasol explotaba todo su potencial en los alley-oops. No obstante, la buena noticia para los de Scariolo llegó a los dos minutos de la reanudación, cuando Andrew Bogut tuvo que dejar el campo por acumulación de faltas. Pero en ese momento Patrick Mills ya estaba tan enchufado que él solo fue capaz de mantener la igualdad gracias a sus constantes penetraciones.

Además, el partido llegó al último parón con España todavía tres puntos arriba, pero en el último cuarto la situación era cada vez más caótica, mientras que Scariolo intentaba variar la defensa para parar a Mills. Australia llegó a ponerse por delante en el marcador, pero en el último minuto Sergio Rodríguez disfrutó de dos tiros libres para adelantar a España y los transformó los dos, pese a que los Australianos se quejaron muchísimo de esa falta. Los 'aussies' lo intentaron en la última jugada, pero en esa ocasión la defensa española estuvo más atinada para evitar el tiro. Las victorias saben mejor con sufrimiento, pero lo cierto es que esta situación se podría haber evitado si España hubiera cerrado mejor el rebote y hubiera tenido más acierto en los tiros libres.  

Por otra parte, en la gran final, Serbia no fue rival para Estados Unidos, puesto que el encuentro duró un solo cuarto. Sin embargo, en cuanto apareció la figura de Durant todo se terminó. El choque terminó con una diferencia de 30 puntos y los últimos cuartos no tuvieron demasiada historia. 

Felipe Poza

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