En la víspera del Año nuevo judío, el primer Ministro israelí Ehud Olmert dió una entrevista en la que expresó decisiones hasta hace poco revolucionarias: Israel tendría que retirarse de los territorios ocupados, devolver el Golan a Siria, los arabes deberían recuperar la mayor parte de Jerusalem etc… Se estaba, decía, cerca de lograr acuerdos con palestinos(Al Fatah) y sirios.
En esta ecuación faltaba Hamas, grupo, que se quiera o no, ganó elecciones recientes en Palestina, reticente hacia el reconocimiento de Israel y que controla Gaza. No es fácil saber por qué Hamas ha roto la tregua con Israel y empezado a hacer llover crecientemente proyectiles sobre territorio judío. Tampoco se sabe si hizo un mal cálculo pensando que Tel Aviv reaccionaría con moderación o jugó a cuanto peor mejor, buscando una reacción desproporcionada de los judíos que causara patentes destrozos y sufrimientos, inflamara a la opinión pública árabe y torpedeara el proceso de paz.
Ha conseguido lo último. Olmert advirtió hace un par de días que la catarata de proyectiles no quedaría impune y acabó actuando fulminantemente y con astucia ayer. Abrió la frontera con Gaza unas horas, creando la impresión de que si se preparaba algo sería otro día, y golpeó sin piedad los centros oficiales de Hamas. En un par de ellos juraban el cargo hornadas de policias de Hamas que han sido duramente golpeados. La cifra de muertos es desusadamente alta, 300.
Las consecuencias, ahora, son las esperadas. Cólera en la calle árabe, división en su gobiernos, el egipcio Mubarak, que intentó prolongar la tregua, es acusado de conspirar con Israel y Estados Unidos, Arabia saudita es igualmente criticada por la izquierda, Irán, que alimenta a Hamas, se frota las manos y los medios de información europeos y americanos se escinden levemente. En los europeos se insite en que Israel reacciona exageradamente cuando se le provoca, en los estadounidenses se remacha que, aun siendo así, la provocación de Hamas era canallesca, objetivamente gratuita y que era impensable que iba a quedar impune.
Más de lo mismo. Siempre hay alguien, de uno u otro bando, interesado en cargarse el proceso de paz. Un nuevo embrollo que encontrará el Mesías Obama cuando tome posesión. Tendrá demasidados de que ocuparse.
Inocencio Arias