Al Partido Popular le está saliendo muy cara la primera legislatura de Mariano Rajoy, y no sólo en términos de representatividad, sino también en el ámbito económico. Los nefastos resultados obtenidos en los cuatro comicios celebrados durante estos cuatro años no sólo han supuesto una grave crisis en el seno conservador -que resuena con más fuerza si cabe hoy- , sino que además les ha hecho perder casi 10 millones de euros en subvenciones electorales, a los que habría que sumar una cantidad no menos desdeñable en sueldos públicos, que irremediablemente habrá supuesto una importante ampliación en su partida de nóminas.
Las primeras elecciones que ya acarrearon un importante golpe a las arcas conservadoras fueron las europeas, celebradas el 25 de mayo de 2014. Entonces, aunque los 'populares' hicieron una lectura positiva de sus resultados, ya que consiguieron ser la fuerza más votada pese a dos años de durísimos recortes, lo cierto es que en términos económicos fue un importante varapalo. En lo que a las subvenciones electorales respecta, la caída de 8 escaños (cada partido recibe 32.508 euros por eurodiputado) y 2,6 millones de votos (cada partido recibe 1,08 euro por voto) derivó en la pérdida de 3.068.064 de euros. Por si fuera poco, ocho compañeros de su partido se quedaron sin la jugosa asignación europea, que entre sueldo (6.250,37 euros netos al mes), dietas, gastos pagados y dinero para contratar a asistentes asciende a casi 40.000 euros.
Diez meses después le llegó el turno de los lamentos a la delegación andaluza. El pasado 22 de marzo los conservadores volvieron a recibir un doloroso correctivo: 17 escaños y 506.665 votos menos. Juanma Moreno (que fue candidato por capricho de Soraya Sáenz de Santamaría) obtuvo los peores resultados de la formación en 25 años. Estas cifras dejaron muy tocado el orgullo de una delegación que había conseguido ganar en 2012, pero que no pudo gobernar por el pacto entre IU y PSOE, y también contra sus arcas. Perder 17 escaños (cada partido recibe 22.299 euros por diputado autonómico) y 506.665 votos (cada partido recibe 0,82 euros por voto) le supuso al PP dejar de ingresar 794.548,3 euros en subvenciones electorales.
E igual que en el Parlamento Europeo, 17 diputados 'populares' se quedaron sin sueldo público. La cantidad no es tan abultada como en la Eurocámara, pero sí es muy similar a lo que ingresan los diputados nacionales. En el caso del Parlamento andaluz, el sueldo base asciende a 3.020,29 euros, al que hay que sumarle un plus de entre 200 y 1.500 euros si el parlamentario ocupa además un cargo en la Cámara y otro en concepto de indemnizaciones por gastos. De media, cada uno de los 17 'populares' sin escaño han perdido un sueldo de unos 4.000 euros al mes. Además, el grupo parlamentario, que recibe una asignación fija mensual de 29.588,85 euros y una variable en función del número de diputados también lo habrá notado. A eso habría que sumar los puestos de confianza que se crean en torno a ellos.
Hemorragia de votos y euros
No obstante, el golpe económico fuerte no llegó hasta el pasado 24 de mayo. Las últimas elecciones municipales y autonómicas sí que han supuesto una hemorragia de euros y cómodos puestos de trabajo para los conservadores. En términos monetarios, el PP ingresó 5 millones de euros menos respecto de 2011. Los 22.750 concejales y 6.032.496 votos obtenidos en las municipales, sumados a los 281 escaños y 3.891.895 de votos conseguidos en las 13 autonómicas han reportado al Partido Popular algo más de 16 millones de euros, 5 millones menos que hace cuatro años, cuando ingresó 21. En concreto, perdió 3.757 concejales y el poder en 13 capitales de provincia y seis gobiernos autonómicos.
El 80% de los concejales no cobra, pero sí lo hacen, y bien, los representantes electos en los ayuntamientos de las grandes capitales de provincia y en los Gobiernos autonómicos. Los primeros, ediles de las ciudades de más 500.000 habitantes, pueden cobrar entre 90.000 y 100.000 euros anuales. Igual que los presidentes de las autonomías, cuyos ingresos también rondan esa cantidad. En esta ocasión, 134 diputados autonómicos (con una media de 4.000 euros mensuales de sueldo), 13 alcaldes importantes y seis presidentes autonómicos del PP (incluido todo su personal de confianza) se han quedado fuera. A algunos de ellos, como es el caso de los valencianos Alberto Fabra y Rita Barberá, la aragonesa Luisa Fernanda Rudi o el balear José Ramón Bauzá, Rajoy ya los ha colocado en el Senado. Al resto es posible que Génova les esté buscando ubicación, y que su asignación salga de sus propias arcas.
Cataluña, el último golpe
Una fuga constante de dinero que ha agravado aún más las últimas elecciones catalanas del 27 de septiembre. En esta ocasión, los 'populares', liderados por Xavier García Albiol, vuelven a marcar un hito. Habría que retrotraerse hasta principios de los años 90 para encontrar un resultado peor. Y este fracaso en las urnas también se traduce en dinero. Los 8 escaños y 123.237 votos menos respecto a 2012 le han hecho perder al PP 204.008 euros en subvenciones electorales. Y al igual que en el resto de convocatorias, 8 diputados autonómicos se han quedado sin los casi 5.000 euros que cobraban al mes.
Una complicada situación financiera que, sin duda, contribuye a aumentar la tensión interna que se palpa en el seno del Partido Popular, y que podría agravarse a partir del próximo 20 de diciembre. Las encuestas ya advierten de que los conservadores no mantendrán sus 185 diputados en el Congreso. Ya cuentan hasta con 50 escaños menos, según señalan algunas fuentes 'populares'. Esto no sólo les impedirá volver a gobernar, sino que desde el punto de vista económico será un nuevo y doloroso bofetón. Una derrota que no sólo implicará muchos puestos de trabajo en el Parlamento Nacional, sino también en el Gobierno central.