Ahora, la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil ha informado de que cuando el diplomático comunicó lo sucedido la Embajada informó a la Unidad de Coordinación Internacional de la Dirección Adjunta Operativa de la Policía Nacional, que alertó a los especialistas del Grupo de Secuestros y Extorsiones de la Comisaría General de Policía Judicial.
«Debido a las especiales características del secuestro se dispuso que dos expertos negociadores de la Policía española se trasladaran hasta México D.F para colaborar en las investigaciones junto a los policías mexicanos, asegura la Policía en un comunicado.
Tras analizar las llamadas recibidas por los padres, en las que una mujer joven aseguraba tener a la niña y a su cuidadora y exigía un rescate de cuatro millones de pesos mexicanos, los investigadores «concluyeron que el secuestro no respondía a las pautas propias del crimen organizado» y centraron sus sospechas en la empleada doméstica.
Después de atender nuevas llamadas se acordó el pago del rescate, que debía producirse en el domicilio de los padres de la niña, y se estableció un dispositivo de vigilancia, que permitió comprobar que era la propia cuidadora la que iba a recoger el dinero.
Los policías la siguieron hasta una estación de autobuses del centro de México D.F, donde la menor se encontraba «totalmente abandonada, y la detuvieron.