La decisión de abstenerse y permitir un gobierno del PP en Extremadura ha levantado ampollas entre los dirigentes nacionales de IU, más anclados en ideas preconcebidas y que sólo miran y ven su pequeño mundo. Pero esto es política. Coincido con Cayo Lara y Gaspar Llamazares en esta afirmación, aunque en otro sentido. Ellos lo consideran una traición a los votantes, pero se equivocan. Por primera vez algunos de los planteamientos de IU estarán en la mesa de las decisiones y una parte de su programa se hará realidad en Extremadura y, curiosidades del destino, será el PP el encargado de facilitarlo.
Digan lo que digan los dirigentes nacionales, los votantes de la coalición de izquierdas no ejercen su derecho al sufragio para apoyar al PSOE. Si hubiesen querido que su gobierno lo formase el partido socialista hubieran elegido la otra papeleta, la que estaba al lado. Nada más fácil. Pero no, escogieron la de IU porque la idea general de los extremeños y las extremeñas que votaron a Pedro Escobar, Víctor Casco o Alejandro Nogales, era, supongo, conseguir que sus propuestas, o algunas de ellas, llegaran al Consejo de Gobierno y vieran la luz. Y eso lo pueden conseguir con tres diputados y una abstención. De ahí la afirmación de que esto es política. Con esta decisión, IU se acerca al poder y lleva sus planteamientos a buen puerto.
Pero hay más. El paso que están a punto de dar en la coalición rompe las barreras que frenan su recorrido. Siempre ha estado limitado por el PSOE. IU era la continuación, siempre a la izquierda del Partido Socialista, más marginal y con pocas posibilidades de expansión. Eso puede cambiar. A partir de ahora tendrá un camino más independiente, mucho más amplio y cerrará la puerta al pacto incondicional, y casi obligatorio, con el PSOE. Su panorama de actuación se amplía.
Lo peor es lo que nunca se debería haber dicho: el comentario de Cayo Lara sobre los muertos de una guerra que terminó hace más años de los que tienen cualquiera de los que han decidido dejar que el PP gobierne en Extremadura. Quizá ese es el problema, los prejuicios de Lara que son suficiente motivo para dimitir y dejar una organización que le respeta muy poco, a la vista de la importancia que dan a sus órdenes.
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
Pedro Fernández