martes, mayo 14, 2024
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El «después» de Rajoy

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Con Rubalcaba al frente y sin previsiones en la dirección del PSOE de que surja de verdad  algún “valiente” que pretenda competir en serio con el candidato a la Moncloa, el PSOE ha comenzado el duro amanecer tras la derrota sin precedentes del 22-M. Lo ocurrido en la calle Ferraz ha sido observado con atención desde la calle Génova por mucho que la posición oficial del PP sea la de considerar “irrelevante” quien sea el candidato socialista porque “no se trata —dicen— de personas, sino de políticas”.

Sin embargo en el “después” del PP y del propio Mariano Rajoy no es irrelevante con quien deba pugnar en las próximas elecciones. En este “después”, Rajoy deberá competir con un veterano de la política. También, aunque con menos años, él lo es y como buen veterano sabe de antemano que el discurso de Rubalcaba no es el de Zapatero. Para entendernos y solo a modo de ejemplo, a Rubalcaba nunca se le ocurriría afirmar que el concepto de nación “es discutido y discutible”. Esto, se quiera o no, cambia el panorama.

Sin embargo y hasta que llegue el momento del pugilato, Rajoy tiene por delante unos meses en los que su partido se dispone a gestionar la cotidianidad de millones de españoles, de muchos millones de ciudadanos para quienes lo que se haga en Ayuntamientos y autonomías va a suponer una especie de “test” para el PP. De entrada ha pedido austeridad en todos los ámbitos y estaría bien, es obligado, que una vez constituidos ayuntamientos y gobiernos autónomos, los responsables populares adoptaran medidas que se puedan visualizar y sentir. El PP no se puede permitir el lujo de perder ni una semana. De la gestión acertada de esa cotidianidad puede dependen, en buena medida, el éxito en las generales.

Rajoy es hoy un “hombre tranquilo” al que los socialistas ya no podrán tachar de “eterno perdedor”. Anunció, con buen criterio, que no iba a perder mucho tiempo en pedir adelanto electoral. Si mantiene lo dicho, habrá acertado. Una vez proclamado algo que comparten millones de españoles, el problema no es de quien lo pide sino de quien se resiste a hacer caso a esa petición. Insistir en el adelanto electoral da pie a pensar que existe una ansiedad desmedida por llegar al poder y siempre se queda expuesto al reto de presentar una moción de censura.

En este “después” Rajoy va a tener que escuchar desde ámbitos diversos y opuestos que lo que debe hacer es presentar esa moción de censura, y lo harán con el mismo énfasis con el que hace unas semanas le criticaron por ser “blando” ante la legalización de Bildu.

Si el PP y Rajoy toman medidas coherentes con su discurso allí donde gobiernan y dejan de enredarse pidiendo retiradas que no se van a producir, creo que es una buena manera de comenzar a gestionar ese “después”  que se inició el pasado 22-M.

Charo Zarzalejos

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