viernes, mayo 10, 2024
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Una dura Navidad

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La crisis política, económica y social que nos invade nos conduce a unas preocupantes, para muchos españoles, fiestas de Navidad, en las que sobre todo y ante todo brilla con su negra presencia el fantasma del paro que a lo largo del 2009 inundará de dramas familiares todo el territorio nacional. Y lo que es peor, sin que en el panorama político español, del Gobierno o de la oposición, aparezca un liderazgo de esperanza o con credibilidad, lo que nos sitúa en un escenario de desconcierto y orfandad como nunca se ha visto en este país desde el inicio de la transición. Y, por si algo faltara, a todo ello es necesario añadir una crisis galopante en la cohesión de España y un claro deterioro de las instituciones del Estado.

Empezando por el Poder Judicial, a la vista del corporativismo infame que ha marcado la decisión de su máximo organismo rector, el nuevo Consejo General del Poder Judicial, de mantener la multa de 1.500 euros al juez Tirado, responsable de una gravísima negligencia que facilitó el crimen de la niña Mari Luz a manos de un depredador que debía haber estado en la cárcel en los días en que cometió el crimen. Decisión del CGPJ que huele muy mal y con la que, al parecer, pretenden sofocar la amenaza de huelga que los jueces mantienen viva. Frente a semejante disparate la figura del padre de la pequeña asesinada, Juan José Cortés, se agiganta ante toda la sociedad por su justa indignación y su discurso moderado y ejemplar.

Y éste es sólo uno de los ejemplos que prueban la negritud del momento político y social español. Otro, también reciente, se refiere a la no menos indecente reforma del sistema de financiación autonómica que imponen al resto de España los nacionalistas catalanes, y donde el Gobierno y el PP están dando un espectáculo lamentable que conduce a la ruptura plena de la cohesión y solidaridad nacional por causa del chantaje catalán, que otros, en el río revuelto de la caótica improvisación de Zapatero, están llevando a límites insospechados, como lo ha confirmado el presidente gallego, Pérez Touriño, diciendo que las Comunidades con lengua propia necesitan cobrar más dinero para promocionar su idioma local, en menoscabo del español, lo que es el colmo de las desvergüenza política, vista la vil persecución que la lengua del Estado está sufriendo en Cataluña, País Vasco y Galicia, y que ahora quieren que sea sufragada con el dinero de todos los españoles.

Por si algo faltara en el portal navideño nacional, ahí está la vista gorda del Tribunal Supremo, a pachas con el Gobierno, sobre ANV, para posponer la definitiva caza del entorno de ETA hasta después de las elecciones vascas a favor de un futuro pacto de gobierno entre el PNV y el PSOE. Y todo ello mientras el Ejecutivo acerca presos de ETA al País Vasco, un regalo a los llamados «palomas» de la banda terrorista, puesto en marcha a las pocas horas del último crimen de Azpeitia, y todo ello también con el silencio del PP.

Y todo ello adornado con el bochornoso álbum de fotos de la ministra de Defensa, Chacón, y del pánfilo Moratinos en tierras de Afganistán, donde la ministra no deja de decir tonterías sobre la nueva estrategia a seguir, al mismo tiempo que The New York Times revela que España figura entre los países que se oponen a combatir el narcotráfico en Afganistán.

Y estas cuatro son noticias de fin de año, cazadas al vuelo, que dan una idea del desastre en el que vivimos y que corona la recesión española camino de la depresión, mientras el Gobierno de Zapatero, hecho unos zorros y sin la menor credibilidad, se dispone a comerse el turrón con el mismo descaro que también lo hace el primer partido de la oposición, el PP, donde no sólo son incapaces de hacer oposición -Rajoy ni siquiera asiste a la votación de los Presupuestos del Estado-, sino que además están peleados entre sí, sin que exista el menor liderazgo o autoridad en la presidencia ni en su equipo de dirección, al que la presidenta madrileña ha suplantado con asombrosa facilidad, ocupando un lugar que está vacío.

Y todavía nos dicen desde el Gobierno que los medios de comunicación deben crear un ambiente positivo de optimismo, confianza y esperanza. Pero ¿a cuento de qué? Para eso, previamente, deberían desaparecer del escenario de este país el Gobierno de Zapatero y la dirección del PP, y entonces ya se verá si se puede hablar de expectativas de futuro, pero en la actualidad ese mensaje, por falso, no sólo no serviría para nada sino que aumentaría con creces la crisis actual, porque la euforia impostada inmediatamente se daría de bruces con la realidad.

Pablo Sebastián

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