La vida de Alfredo estaba a punto de cambiar. Su compositor favorito le invitó al estreno de su gira europea que inauguraba en Alicante, a pocos kilómetros de su pueblo. Eso significaba salir de casa y disfrutar de un concierto, como uno más, como cualquier chico de 30 años. Los días previos fueron frenéticos. Nervios, entusiasmo y preparativos. Alfredo se imaginó muchas veces en el Auditorio de la Diputación de Alicante divirtiéndose con la música de su ídolo. Sólo pensaba en el día 12 de abril de 2014, mientras su padre, José María, ponía todo a punto. La furgoneta, la camilla, el ventilador mecánico. El viaje era corto, de apenas 40 kilómetros, pero arriesgado para un enfermo de distrofia muscular, aunque para la familia Sánchez, una aventura que merecería la pena. “Era estrenar nueva vida, estrenar la furgoneta de forma oficial. Alfredo lleva cinco años postrado en la cama, no se puede mover, necesita respiración asistida. Mi chico vive de la ilusión y la música es lo que más le gusta en el mundo”, dice su padre.
Una semana antes del concierto sonó el teléfono de José María. Era Marco Galvany, el compositor. Entre excusas y disculpas se puso en contacto con la familia para cambiar la invitación. Alfredo no podía ir el día del estreno porque “era mucho lío” y propuso que acudiese al día siguiente, el domingo 13 de abril, al segundo concierto. Le explicó también que la diputación había determinado que la cama de Alfredo se colocaría en un rincón detrás del escenario. José María aceptó, pero colgó desconfiado y con recelo. “Para mi hijo ‘lío’ es vida. Le dije que sí porque Alfredo quería ir a toda costa”.
La familia Sánchez, Alfredo, José María y su mujer Aurelia subsisten con dos pensiones de poco más de 400 euros. José María dejó su trabajo en un concesionario cuando la enfermedad de Alfredo avanzó y dejó la silla para pasar a la cama. “Me dedico las 24 horas del día a mi hijo, para que sea feliz”. A su mujer le detectaron la misma enfermedad hace poco. Ella era la portadora y ahora tiene dificultades para caminar. Se esforzaron mucho en conseguir la furgoneta para poder desplazar a Alfredo. Con ayuda de amigos y familiares lograron acondicionar el vehículo. Consiguieron prepararla para llevar a Alfredo al concierto. “Somos una familia con pocos recursos y esto iba a suponer un paso muy importante”, asegura su padre.
Llegó el gran día. José María abría las puertas traseras de la furgoneta para subir a Alfredo cuando sonó su teléfono móvil. Las risas se cortaron de golpe y el estómago le dio un vuelco. Un hilo de voz sonaba al otro lado del aparato pero José María no reaccionó y colgó sin decir nada. Alfredo no estaba invitado al concierto, estaba vetado por la Diputación Provincial de Alicante. No hubo explicaciones, tampoco disculpas. “Fue un varapalo tremendo”. El día siguiente fue incluso peor. Alfredo sufrió taquicardias y le ingresaron en el hospital por un ataque de ansiedad. Se repuso poco a poco del disgusto con la ayuda de las redes sociales y el apoyo de sus seguidores. “Para él Facebook es una ventana al mundo exterior. Salimos también de vez en cuando, pero es muy complicado”, explica José María.
La noticia saltó a los medios de comunicación y fue entonces cuando la presidenta de la diputación se puso en contacto con la familia. Ellos todavía no han digerido lo que ha ocurrido, la discriminación que sufrió Alfredo hace poco más de un año. “Son personas que tienen que ir en una cama, no pueden ir de otra manera. A una persona especial hay que dejarla entrar donde sea”. Alfredo decidió denunciar. Mañana por la tarde termina el juicio. El joven ha dado las gracias a sus seguidores a través de su vía de escape, las redes sociales. “Mañana jueves día 25 a las cuatro de la tarde asistiré a luchar por mis derechos fundamentales, por lo que me siento muy bien y muy orgulloso. Mi vida se basa en mi felicidad y mi libertad para hacer lo que cualquier otro ser humano. En este juicio estoy luchando para que esto se reconozca y que los implicados en mi discriminación se enteren de que todos tenemos derecho a la cultura y a la vida”.