sábado, abril 27, 2024
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Rajoy pierde 415 ayuntamientos al no cambiar la ley electoral

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El Partido Popular perdió el pasado 24 de mayo 762 ayuntamientos. Los conservadores pasaron de regentar 3.771 ayuntamientos durante la legislatura 2011-2015, a los 3.009 que gobernará a partir de 2015. Entre medio, una devastadora crisis económica, numerosos recortes, dolorosas subidas de impuestos y escandalosos casos de corrupción. Aunque podía haber salvado 415 si hubiera reformado la ley electoral para permitir gobernar a la lista más votada.

El partido que sustenta al Gobierno perdió 2,5 millones de votos y más de 3.700 concejales el 24M, pero consiguió volver a ser la fuerza más votada. En total, el PP logró 2.768 mayorías absolutas y 656 mayorías relativas. Si hubiera reformado la ley electoral, tal y como intentó hacer hace un año, los conservadores no hubieran perdido 762 ayuntamientos, sino 347. Es decir, aún conservarían el bastón de mando en 3.424 consistorios de España, entre ellos, los correspondientes a 37 capitales de provincia. Lo que además hubiera supuesto un avance respecto a 2011, cuando se hizo con el control de 34. Finalmente, el PP ha conservado el poder sólo en 18 de ellas, y además ha perdido las más importantes: Madrid, Valencia, Zaragoza, Sevilla o Valladolid ya no son azules.

Hace un año que el debate irrumpió con fuerza en la esfera política. En concreto, después de los resultados obtenidos en las últimas elecciones europeas. Entonces, el PP ya perdió 2,6 millones de votos y 8 escaños. Y aunque los dirigentes conservadores se esforzaron en convencer a la opinión pública de que no eran resultados extrapolables al del resto de citas electorales que aún quedaban por delante, lo cierto es que internamente se estableció un malestar generalizado que activó las alarmas en Génova, 13.  

Los ‘populares’ iniciaron el pasado verano las conversaciones pertinentes. La propuesta se desarrolló en la Escuela de Verano del PP, y dejaba abierta la fórmula. Los ‘populares’ debatieron entre dejar gobernar a la mayoría ganadora, al estilo de Grecia, o bien instaurar una segunda vuelta electoral, para que los ciudadanos pudieran elegir realmente entre las opciones que pasaran un listón determinado de votos. Pero de poco sirvieron los esfuerzos. El líder conservador rápidamente se dio de bruces con la realidad: el PSOE, que décadas atrás sí había partidario de esta iniciativa, decidió no apoyarle en esta andadura.

La oposición parlamentaria al completo se mostró contraria a esta reforma a escasos meses de las elecciones municipales y autonómicas. Y al Gobierno no le quedó más remedio que frenar en seco sus intenciones. Rajoy temió que acometer esta reforma únicamente con su mayoría absoluta finalmente acabara perjudicándole porque pudiera ser interpretado como una cacicada.

Entonces ya hubo sectores conservadores que no entendieron su decisión, y ahora, una vez conocidos los últimos resultados electorales han vuelto a reclamar abrir este melón. En el PP ya existe una más que evidente disposición a volver a incluir este punto en el orden del día. E incluso ya hay preparada una hoja de rota, a la espera de la decisión final de los socialistas. 

Hay ‘populares’ que confían en que el PSOE acabe cediendo, por lo menos en lo que al ámbito local respecta. Si así fuera, se haría a través de una Proposición en el Congreso de los Diputados, como iniciativa del Grupo Popular. Rajoy pasa la patata caliente al Congreso. Será el Grupo Parlamentario ‘popular’ el que negocie e intente llegar a acuerdos con el resto de formaciones. Aunque si finalmente los socialistas se oponen. Fuentes ‘populares’ aseguran que el PP frenará sus intenciones y volverá a incluirlo en su programa electoral, tal y como lleva haciendo desde 2003.

El presidente del Gobierno sigue creyendo que una reforma de estas dimensiones no debe de ser impuesta por mayoría absoluta. Desde el partido insisten en que aún hay tiempo para llevar a cabo esta modificación, aunque lo cierto es que si Rajoy quiere cumplir con el calendario electoral debería estar disolviendo las Cortes a finales de septiembre. No parece probable que el PP esté dispuesto a llevar esta modificación en solitario, pero todo sigue en el aire a la espera de lo que el jefe hable, que no será hasta los próximos 11 y 12 de julio en Madrid, cuando está previsto que el PP celebre su próxima Conferencia Política y aclare su nuevo proyecto político de cara a los próximos comicio generales.

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