Dos guardias civiles que presenciaron el mitin del ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi en el velódromo de Anoeta el 14 de noviembre de 2004 han asegurado este jueves que fue el «líder incuestionable» que, «jaleado por las masas, manejaba toda la situación» y sobre el cual recayó el «peso central del acto».
Así lo han manifestado los dos agentes durante la primera sesión de la vista celebrada en la Audiencia Nacional a Otegi y los dirigentes de la formación ilegalizada Joseba Permach y Joseba Álvarez, para quienes la fiscal Teresa Sandoval pide 18 meses de prisión y 12 de inhabilitación por un delito de enaltecimiento del terrorismo.
Han reconocido que la intervención del líder abertzale «fue de carácter político», pero han destacado que es «incuestionable» que se trataba del «líder jaleado por las masas que soportó todo el peso central del acto, el que manejaba toda la situación, independientemente de su discurso».
Además, han añadido que de presenciar el transcurso del evento se desprendía que «toda la secuencia de los hechos estaba perfectamente hablada y pactada».
Por su parte, el comisario jefe de la Policía Nacional de San Sebastián ha afirmado que el ex portavoz de Batasuna «se dirigió al mundo abertzale y no directamente a ETA» durante su intervención en Anoeta y ha ratificado que Otegi mostró su agradecimiento «a los militantes abertzales, concejales y todos aquellos que han gestionado los ayuntamientos».
Según el comisario, que elaboró el informe sobre el acto en base a los datos que le iban proporcionando otros agentes que se encontraban dentro del recinto, estos le transmitieron que en «varias partes del acto» se corearon consignas de apoyo a ETA y se emitieron imágenes de presos etarras en una pantalla gigante.
También ha señalado que, al final, unos encapuchados subieron al escenario y se repartieron «zutabes» -boletín interno de ETA-, algo que «vieron físicamente cómo los entregaron» sus agentes, que no pudieron hacerse con ninguno, pero sí con «zuzen» -boletín externo de la banda.
Asimismo, dos ertzainas que instruyeron el atestado del acto han asegurado que el autor de los correos electrónicos en los que se solicitaba el alquiler del velódromo fue Íñigo Balda -que también fue procesado junto a los tres acusados aunque después quedó fuera del procesamiento- y quien, según han precisado, «dejaba claro» que la petición procedía de Álvarez.
Los dos agentes han admitido que no se encontraban presentes en el acto, aunque a través de imágenes de varias cadenas de televisión constataron que se mostraron fotografías de presos etarras y que algunos asistentes corearon «vivas a ETA», aunque han constatado que «no se pueden atribuir a ninguna persona».