jueves, mayo 9, 2024
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Las diez verdaderas razones por las que Lorenzo es campeón del mundo

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Por desgracia para los grandes aficionados al motociclismo, la temporada 2015 solo se recordará por la patada de Rossi a Márquez y por los supuestos pactos posteriores. Sin embargo, este curso dejó en Moto GP muchísimos alicientes más que harán que los niños vuelvan a engancharse a este deporte.

La victoria de Jorge Lorenzo en el Mundial no se produjo de casualidad y fue producto tanto del talento del propio piloto al saber sobreponerse de un comienzo de año dubitativo, como de los errores clamorosos del resto de actores protagonistas. Asimismo, algunos factores externos también influyeron de forma decisiva para que se pudiera dar algo que en ciertos momentos de la temporada parecía un milagro. Por todo esto, si se busca en profundidad, se pueden encontrar diez grandes claves en este Campeonato:

La lesión de Pedrosa. Dani terminó la temporada 2014 muy tocado por el síndrome compartimental de su antebrazo derecho.  Estuvo en Bahréin en la primera carrera, pero tuvo que pasar por el quirófano después, se perdió los tres siguientes Grandes Premios y no pudo puntuar en el de su reaparición. El de Sabadell seguramente no habría  ganado el Mundial ni aunque se hubiera llevado el triunfo en esas cuatro carreras (ha terminado a 124 puntos de Lorenzo), pero Honda podría haber hecho mucho más si hubiera estado en forma.

Pedrosa lleva en el equipo con más recursos de Moto GP diez años, sin ganar ni un solo título. Muchos aficionados no entienden que siga ahí, pero su capacidad para la puesta a punto de la moto es incuestionable. Márquez ganó sus dos primeros campeonatos en la categoría máxima sin saber muy bien cómo funcionaba una Moto GP y con Pedrosa tocado demostró que todavía tiene mucho que aprender en este aspecto. Pedrosa no pudo trabajar bien entre una temporada y la siguiente como le hubiera gustado, pero cuando se recuperó la Honda volvió a funcionar. Se dijo que regresaron a la estructura del año anterior, pero nadie se cree del todo esta versión dentro del circuito.

La lluvia. El motociclismo no es Fórmula 1, donde en algunas pistas como Interlagos existe una probabilidad de precipitaciones del 60%. Las carreras de motos se suelen correr en verano o en lugares en los que las lluvias en otras estaciones del año son escasas. Sin embargo, este año muchas carreras se han disputado bajo la amenaza del agua. Rossi, un piloto que tenía menor ritmo en seco que sus tres rivales por el título, ha sabido aprovechar muy bien este factor.

Los neumáticos Bridgestone. La marca japonesa se despedía del Mundial para dejar paso a Michelin, pero no lo hizo de la mejor manera. Sus gomas aguantaron a duras penas muchos grandes premios y se vieron muchos cambios de moto en plena carrera. Sus compuestos favorecieron más el espectáculo que la seguridad de los pilotos y eso favoreció a Yamaha, que tenía una moto que desgastaba menos.

La regularidad de Rossi. ‘Il Dottore’ tenía en condiciones normales menos ritmo que los otros tres favoritos, pero fue el único que no cosechó ningún ‘rosco’. Solo se quedó fuera del podio en tres ocasiones y eso frustró las esperanzas de remontada de Márquez. Por su parte, el piloto de Cervera no supo correr con la calculadora en la mano, puesto que, cuando la moto no fue como él esperaba, arriesgó demasiado y no se limitó a sumar unos puntos que hubiesen sido vitales a final de año, cuando su montura volvió a ser la mejor.

Los líos de Termas de Río Hondo, Donington y Assen. Las peleas entre Rossi y Márquez se saldaron con caídas del piloto de Cervera y con un paso por encima de la chicane por parte del italiano que despertó muchísima ira en el motorista de Honda.

Las ruedas de prensa. Este año la guerra de declaraciones ha tenido un impacto psicológico en los pilotos mayor que muchos adelantamientos. Rossi, con una sonrisa cínica, tiró muchas balas a Márquez hasta ridiculizarle públicamente en varias ocasiones. Le recordó el adelantamiento que le hizo en Laguna Seca en varias ocasiones y consiguió que al joven bicampeón del mundo se le cayera un mito por completo. Rossi diseñó el merchandising de Márquez porque el chico le idolatraba, pero las descalificaciones hicieron que pasaran del amor al odio en solo un instante.

La obsesión de Márquez por ser mejor que Rossi. A partir de que Marc se vio con el Mundial perdido, empezó a hacer cuentas y su ambición le hizo decidirse por el triunfo de Lorenzo. Tiene entre ceja y ceja ser el piloto con más títulos de la era moderna y un nuevo éxito de Valentino le hubiese dificultado muchísimo el objetivo que tiene marcado a largo plazo. Quiere que se le recuerde como el mejor.

La increíble carrera de Philip Island. Mucho se habló de que Márquez provocó a Rossi en la carrera de Sepang, pero lo cierto es que su actitud fue todavía más evidente en Australia. El piloto de 22 años hizo de tapón del veterano campeón durante muchas vueltas y después remontó ocho décimas a Lorenzo en la última vuelta. Entonces no pensaba que el Mundial se podía decidir por esos puntos, solo quería provocar a Rossi y lo consiguió, puesto que el Italiano entró al trapo en sus primeras declaraciones en Malasia.

La actitud de Dorna en un choque entre el pasado y el futuro del motociclismo. La marca Moto GP ha llegado a ser lo que es gracias a Valentino Rossi. Carmelo Ezpeleta y Dorna se lo deben casi todo al italiano y por eso una sanción al ‘46’ en plenitud sería completamente impensable. Sin embargo, el devenir de la marca pasa ahora por Marc Márquez y por eso se atrevieron a penalizarle en Valencia. En cualquier caso, no le mostraron la bandera negra que debieron señalarle porque era mejor para el espectáculo que Rossi saliese el último. La última ‘batalla’ del 2015 no fue la carrera más vista de la historia del Campeonato por casualidad, todo estaba muy bien pensado.

Los antecedentes de Rossi. ‘Il Dottore’ siempre ha estado acostumbrado a provocar a sus competidores hasta límites insospechados. Por momentos, destrozó psicológicamente a Biaggi, Gibernau y Pedrosa. Jugaba con ellos a su antojo con adelantamientos y gestos innecesarios para desatar sus nervios, pero con Márquez pinchó en hueso, le tocó jugar del otro lado y no mantuvo la frialdad. Además, Pedrosa, con las rencillas del pasado muy presentes, tampoco iba a arriesgar nada para que él ganase.

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