Las confesiones que le hizo este lunes Miguel Ángel Revilla a Bertín Osborne en Mi casa es la tuya, no sólo le permitieron al programa superar por primera vez la barrera de los cuatro millones de espectadores sino también al presidente de Cantabria confesar sus más secretas intimidades.
Dos etapas, y las dos vinculadas a su etapa como estudiante, han sido, al margen de la muerte de su hermano en un accidente de coche, las que al parecer más han marcado su existencia hasta la fecha.
La más curiosa fue sin duda su llegada a la universidad, toda vez que confesó que fue allí donde conoció a Txabi Etxebarrieta Ortiz, que más tarde fue fundador de ETA, algo que dijo que le terminó afectando en primera persona pues llegó a ser detenido acusado de ser terrorista.
Revilla le ganó a Etxebarrieta las elecciones a Delegado del Distrito Universitario del País Vasco y se hizo íntimo amigo de él, «era un compañero de clase, con el que preparaba los exámenes, uno de mis mejores amigos», aunque nunca creyó que aquel tipo fuera a ser jefe de los comandos militares porque «tenía unas gafas de culo de vaso y no era capaz ni de saltar un potro».
Por ese cargo de Delegado fue por lo que viajó con Etxebarrieta a Madrid a una reunión del Sindicato Libre de Estudiantes, «allí nos recibieron dos hombres jóvenes, que creíamos eran los que venían a recibirnos, y en el coche se identificaron como policías y estuve 48 horas en la Puerta del Sol detenido».
El presidente también destacó cómo le había sorprendido la muerte de Etxebarrieta después de haber matado a un guardia civil, «mató a Pardines en Tolosa y el otro guardia dio parte y él fue abatido a cinco kilómetros». Revilla fue a su entierro pero con posterioridad volvió a ser detenido por esa relación, «había un informe contra mí en el que se indicaba que era un etarra camuflado, porque había por ahí uno que sí lo era que se llamaba Tomás Pérez Revilla». Al final se salvó de aquello por José Antonio Girón de Velasco, jurista que fue ministro de Trabajo con Franco.
'Acojonado'
Revilla recordó que tuvo problemas en la escuela que le traumatizaron, «cuando yo tenía 11 años, a mi padre le trasladan a Santander y a mí me meten en los Salesianos. Tengo una experiencia muy mala de ese colegio, salí de allí traumatizado, yo estaba acojonado».
El motivo de ese trauma se debió a que «el primer día, sin querer me colé en el comedor y aunque mi madre vino a buscarme yo le dije que allí se comía muy bien… el segundo día igual, pero el tercero me cogió el Padre Aureliano y me hizo algo que no se debe hacer nunca a un niño, me agarró, me dio dos capones y dijo: ‘ya hemos cazado al gorrón’. ¿Sabes cómo me estuvieron llamando durante tres años en ese colegio: El gorrón. Malamente pude sacar el bachiller porque estaba atemorizado, acomplejado».
Claro que eso no fue nada comparado con la muerte de su hermano en un accidente de coche, «lo de Jaime fue terrible. Éramos más que hermanos, él me adoraba, me tenía mitificado. Me acuerdo muchísimo de él, no puedo olvidarle. Me acuerdo que cuando me dieron la noticia me desmayé».
También lamentó que «como padre no cumplo las condiciones”, y desveló cómo conquistó a su mujer, «le hice una envolvente y al final todo salió mal. Un día horroroso de niebla, canciones mexicanas, un beso ‘de lado’…”, y dio su pronóstico de cara a las próximas elecciones generales, «va a cambiar muy poquito la cosa. Probablemente, entre PP y Ciudadanos se acerquen más a los 175 y el pacto será entre estos dos partidos poniendo Ciudadanos como condición que no sea Mariano Rajoy el candidato».