La primavera es como uno de los valses de Strauss que empiezan en falso. Estaba Usted pensando en días cálidos y frutos rojos pero lo que llega es la nieve y el frío urbano, que es el peor de los fríos. Que no “panda el cúnico” aquí está El Pinche para ofrecerle una plato que le devolverá la vida.
El Plov no es otra cosa que un guiso de arroz, garbanzos y cordero. O sea, ríase del frío y la nieve.
El Uzbekistan y el Plov
Uzbekistan es el Asia central. El Pinche fue invitado una vez a Samarkanda, no se por qué Ustedes no se hacen un viajecito a tan hermoso sitio, cuando era como una provincia soviética. Tras helarse de frío en el Observatorio, el Pinche se fue, a golpe de inglés hispano, a comerse un Plov inenarrable: pueden envidiar al pinche.
El caso, dice la historia, es que el mismísimo Tamerlán, que colocó a Uzbekistan en el mapa de Asia, allá por el siglo XV, encargó a un experto la preparación de un plato que pudiera alimentar a un soldado y que no obligara a ir cargado de víveres, para poder moverse con velocidad. A ver si Ustedes creen que la gastronomía es cosa solo de restaurantes pijos.
Otra versión, también militar aunque un poco menos estratégica, atribuye el plato a Alejandro Magno que, según otra leyenda, durante una de sus campañas, se encontró con un saco de arroz y un carnero salvaje como únicas viandas, junto con verduras y especias. La mezcla de todo dio lugar a una sabrosa comida que alimentó a su ejército.
En fin, un plato histórico, de culto, para bodas, bautizos y comuniones uzbekas y que acumula, según el google, más de setenta recetas diferentes. Si Usted esta, así , así, hágase un Plov, para resarcirse de la nieve, el frío y esta fallida primavera, antes de que frutos y calores nos impidan disfrutar de estos guisotes.
El Plov
El plov es una especie de guiso con cordero, arroz, garbanzos y patatas . El plov debe cocinarse en una olla o caldero de gran tamaño (en Uzbekistan le llaman gazan). No se cocina Plov para una ración, si es Usted un o una single socialice e invite a alguien, haga el favor.
Además de una pierna larga de cordero, provéase Usted de 4 cabezas de ajos, otras tantas zanahorias y 3 cebollas, más dos puerros y un nabo. Pongan en su encimera, también, tomillo y dos ajos. Por supuesto, pimienta, cilantro, comino esto es Asia. Un hueso de caña. Le vendrá bien para el caldo.
Necesitará medio kilo de garbanzos y unos trescientos gramos de arroz. Elija unos doscientos gramos de carne más, rica en grasa (que hace frío) y algo de grasa de cordero. Mire a ver si tiene Usted algunas moras a mano, esto ya es toque pijito.
Abra los ajos por la mitad, écheles aceite y envuélvalos en papel de aluminio, los pone al horno durante una hora, si no es a más de 180 grados, hasta que se convierta en una pasta caramelizada.
Ahora, hemos de hacer el caldo de verduras: zanahoria pelada en daditos, puerro, nabo, cebolla cortada, tomillo. Le añadimos los garbanzos con dos dientes de ajo y lo dejamos hervir unos tres cuartos de hora- Guarde,
Deshaga la grasa de cordero en una cazuela ancha y no muy profunda, hasta que se convierta líquida. Rehogar los dados de cordero en la grasa, sin que llegue a quemarse, y dejar que se doren, salpimente. Escurra los dados de cordero y reserve.
Se cocinan las verduras que no se han usado para el caldo, cortadas en juliana en la cazuela de haber salteado el cordero. Dejamos que se caramelicen; será el momento de incorporar el cordero. Rehogar bien el conjunto e incorporar las especias molidas. Añadir 380g de arroz, rehogar; incorporar los ajos asados y verter 750 mililitros del caldo de verduras. Dejar cocer 15 minutos tapando la cazuela.
Sirva calentito, y rece al viejo Tamerlán (o a Alejandor Magno si es Usted más de los griegos)
El Pinche