sábado, mayo 11, 2024
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Chipre en nuestras vidas

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Allá por los años 50 del siglo pasado, en plenas postguerras españolas, europeas y mundiales, por estos pagos no existía libertad de prensa. Eso ya se sabe. Pero si el asunto no generaba problemas, distraía de otros o se los planteaba a algún país no bien visto en aquellos tiempos, el tema copaba portadas. Por ello se dieron casos curiosos, como la enorme popularidad del Arzobispo Makarios, que era Primado de la Iglesia Ortodoxa y llegó a ser Presidente de la República de Chipre.

Arzobispo Makarios, que era Primado de la Iglesia Ortodoxa, llegó a ser Presidente de la República de Chipre

La razón de este fenómeno cabe encontrarla en el conocido dicho: “una imagen vale más que mil palabras”. En este caso era un combate desigual, ya que en aquellas épocas existía poca gente que pudiera escribir mil palabras sobre Chipre, su Arzobispo y sus avatares. Por otro lado hay que reconocer que la imagen de Makarios era muy potente.

Las abundantes crónicas sobre Chipre tenían poco texto, ya que la economía no daba para enviados especiales. Las noticias se cubrían más bien con fotos mostrando, sin muchas explicaciones, las andanzas del Arzobispo en revueltas urbanas y manifestaciones en contra de británicos, turcos o militares griegos golpistas. Estas imágenes causaban gran estupor, en especial entre los críos que aquí crecíamos, ya que nunca habíamos visto un señor tan peculiar: empezando por su condición de cura-político y cuasi-soldado, a la cual se añadía una inédita apariencia; estamos hablando, con todos los respetos, de un señor con sotana, barba y un sombrero cilíndrico rematado por un velo, que en las fotos en blanco y negro parecía un desproporcionado tricornio debido a la altura del cilindro.

Definitivamente no se parecía en absoluto a los obispos y arzobispos que nos daban el sacramento de la confirmación mediante una bofetada. Reitero lo de la bofetada y no utilizo un sinónimo más vulgar y últimamente muy utilizado, pues este pertenece al sacramento de la comunión.

Se ha montado un “corralito” para los chipriotas y una “granja” para los rusos

La curiosidad propia de nuestra corta edad nos impulsaba a preguntar acerca de personaje y la razón de este exótico vestuario. Pese a ciertas reticencias y pocas explicaciones, logramos entender que ese era el uniforme de los obispos de la Iglesia Católica Ortodoxa, la cual funcionaba por la Europa Oriental. El descubrimiento de que, por lógica, nosotros éramos los heterodoxos, no supuso un trauma, sencillamente porque en aquella época no existían los traumas.

Poco a poco los medios de comunicación y nosotros mismos nos fuimos olvidando de la República de Chipre y de su primer presidente. Hasta estos días, en los que les han rescatado la economía y a servidor los recuerdos. El problema es que allí se ha montado un “corralito” para los chipriotas y una “granja” para los rusos y demás personal que por allí funcionan.

El asunto está así: si los rusos se enfadan, tenemos follón a plazo fijo. Nunca mejor dicho. Por ello, antes de que esto ocurra, servidor recomienda, con la mejor intención, llamar a la más eficaz negociadora internacional para arreglar todo tipo de desaguisados: Por supuesto, me refiero a Corinna.

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

Paco Fochs

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