1- El Consejo General del Poder Judicial ha ordenado la suspensión de Garzón al frente del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional. La decisión es por unanimidad, aunque a estas alturas del proceso ya no quedaba ninguna otra opción, ni siquiera para los que apoyan a Garzón dentro del CGPJ: desde el momento en que se ordena la apertura de juicio oral a un juez por un supuesto delito cometido en el ejercicio de sus funciones, no queda otra que suspenderle.
2- ¿Significa eso que el proceso ha sido justo? Ya nos gustaría. Desde el mismo momento en que Garzón decidió pedir el traslado al Tribunal de La Haya su larga lista de enemigos cogió velocidad forzando los plazos para que la suspensión llegase antes que su traslado. Casualmente, el mismo día en que Garzón se le ocurrió exiliarse, Luciano Varela dictó en menos de 24 horas cuatro autos y tres providencias, incluída la apertura del juicio oral. Varela ha ordenado la apertura del juicio oral incluso sin esperar a que la Sala resolviese los recursos pendientes, a pesar de que la Fiscalía respaldaba la nulidad del kafkiano proceso.
3- La mayoría conservadora del CGPJ, además, ha utilizado su peso para forzar un pleno extraordinario para celebrar esta mañana la reunión que ha llevado a la suspensión de Garzón. De otra forma, sin esta reunión extraordinaria, el debate sobre el traslado habría llegado antes que su suspensión incluso con toda la velocidad que coge la lenta Justicia cuando quiere.
4- Pero ¿qué sentido tiene esta prisa por suspender a alguien que se va de su juzgado por su propio pie? La suspensión no es sólo una cuestión simbólica: además de suponer una humillación para Garzón, también puede complicar su traslado a La Haya. Después de una larga reunión, el viernes por la tarde, el CGPJ aún no ha decidido si autoriza su traslado.
5- Sin embargo, aún en el caso de que le autoricen su marcha, ya no podrá hacerlo conservando su plaza: el destierro será sin marcha atrás e incluso en el probable caso de que Garzón sea declarado después inocente, no podrá regresar a su plaza en la Audiencia Nacional. Garzón podría volver, sí. Pero a otro juzgado de rango menor; mucho tendrían que cambiar las cosas para que pudiese volver a la Audiencia Nacional. Ahora da casi igual lo que diga el juicio: Garzón ya ha sido condenado.
Ignacio Escolar