sábado, mayo 18, 2024
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Allí donde nunca brilla el arcoíris

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La bandera arcoíris ondea en la sede del Ayuntamiento de Madrid. De nuevo, la capital presume de ser un referente mundial en la defensa y el reconocimiento de los derechos del colectivo LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, transgénero e intersexuales). Por ello, este sábado miles de personas volverán a llenar las calles de Madrid para celebrar un año más la Marcha del Orgullo Gay en medio de un ambiente festivo y reivindicativo, este año con el recuerdo a las víctimas de la masacre de Orlando. Será una oportunidad para denunciar que queda mucho camino por recorrer para atajar las múltiples formas de criminalizar y discriminar a este colectivo.

El ataque homófobo que truncó las vidas de 50 personas en un club gay de Orlando el pasado 12 de junio es la última expresión de odio contra los homosexuales. Una lacra que sigue aumentando con cientos de personas LGTBI que sufren rechazo, agresiones, insultos y acoso en su entorno por tener una orientación sexual distinta. 

Pena de muerte en 13 Estados

La discriminación va más allá en los países donde la homofobia está amparada por Gobiernos y leyes de criminalización y hostigamiento que hacen muy complicado extirpar el odio a las personas LGTBI de sus sociedades. Las cifras hablan por sí solas: 73 países criminalizan las relaciones homosexuales con penas de cárcel de hasta tres años y multas, denuncia Amnistía Internacional (AI). Hasta 13 Estados –en todo su territorio o parte de él– condenan la homosexualidad con la pena de muerte.

Amnistía Internacional señala que hace diez años eran 92 los Estados que castigaban a las personas por su opción sexual. Una mejora significativa, que se une al hecho de que ya son 22 los países que han legalizado el matrimonio igualitario. Sin embargo, el mapa del mundo sigue marcado en rojo por muchos países que violan los derechos humanos de un colectivo que vive entre el miedo y una obligada 'armarización'.

Madrid celebra un año más la Marcha del Orgullo Gay con los mismos aires reivindicativos que conquistaron importantes derechos y libertades en España. Sin embargo, en muchos países esta manifestación es prohibida aduciendo motivos de seguridad. El caso más reciente es Turquía, donde la libertad de expresión y de reunión pacifica brilla por su ausencia. El domingo pasado las autoridades impidieron celebrar la marcha en Estambul, aunque no pudieron evitar que algunas personas se concentraran. La policía la reprimió duramente con gas pimienta.

Rusia, país particularmente hostil para los homosexuales tras la aprobación en 2013 de una ley contra la propaganda gay, también ha prohibido las marchas siempre que se han organizado, así como cualquier manifestación pública en defensa de los derechos LGTBI. Dentro de Europa, Croacia, Serbia y Bielorrusia son países con un altísimo porcentaje de la población en contra de la homosexualidad. 

Ser gay en el mundo islámico

La población LGTBI está profundamente estigmatizada en el mundo musulmán, debido a que la homosexualidad está prohibida por la Sharia o Ley Islámica. En la mayoría de estos países, los gays son perseguidos por sodomía, escándalo público o atentado contra la religión, y reciben castigos que van desde los latigazos hasta el confinamiento en instituciones mentales o cárceles. La pena capital está contemplada en Arabia Saudí, Mauritania, Irán, Sudán, Yemen y en algunas zonas de Nigeria y Somalia. La barbarie no tiene límites en los territorios controlados por el Estado Islámico en Siria e Irak, donde este colectivo recibe un trato especialmente inhumano. La mayoría de homosexuales que caen en manos de los terroristas son lapidados públicamente o arrojados al vacío desde lo alto de un edificio.

En países de tradición islámica más moderada como Túnez o Marruecos la situación no es mucho mejor. Las leyes vigentes castigan con hasta tres años de prisión las relaciones sexuales entre varones adultos. Sin embargo, la situación ha empeorado en Túnez en los últimos años y los colectivos homosexuales exigen la abolición de las leyes. Amnistía Internacional y otras ONG reclaman a las autoridades tunecinas que pongan fin al empleo de exámenes anales forzosos para 'probar' la orientación sexual de personas sospechosas de homosexualidad y así enviarles a prisión.

Kenia también ha aprobado una ley que permite estos infames y degradantes test. Las autoridades kenianas sostienen que las pruebas permiten determinar el tono del esfínter, lo que favorecería sacar conclusiones sobre si un hombre ha mantenido relaciones homosexuales. AI denuncia que no tiene ningún sustento científico.

Uganda, país de población mayoritariamente cristiana, va más allá persigue a quienes no delaten a los homosexuales. Es la caza contra el gay en un país que castiga las relaciones entre personas del mismo sexo con penas de cárcel, desde los 14 años hasta la cadena perpetua.

Dos transexuales asesinados cada día

La situación es alarmante en el caso de las personas transgénero, no solo por los obstáculos legales para reconocer su género, sino por la violencia diaria a la que se enfrentan. Según el Observatorio sobre el Asesinato de Personas Trans, 2.115 transexuales fueron asesinados en 62 países entre 2008 y 2014, es decir dos al día.

La cifra es muy abultada en América del Sur y Central, con más de 1.600 transexuales muertos y con Brasil a la cabeza, con 326 muertes documentadas. Sin embargo, el número total por violencia transfóbica podría ser mucho mayor, pues no hay datos de algunos países de África central ni de Europa del Este.

Samuel Jiménez

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