Los alumnos del IES Complutense llevan más de un mes sin calefacción en las aulas. Mantas, gorros y guantes se han convertido en objetos indispensables para aguantar las bajas temperaturas de las aulas, sobre todo durante las primeras horas de la mañana. Profesores de baja, clases en centros comerciales y asignaturas suspendidas son las consecuencias de una caldera con 38 años de antigüedad y una zanja mal realizada para instalar el gas natural, en un centro educativo dependiente de la Comunidad de Madrid.
“Sin calefacción no hay educación”, bajo este lema se escudan cientos de estudiantes del instituto alcalaíno que se han cansado de recibir clases entre tiriteras y estornudos. Las protestas comenzaron en diciembre de 2015, cuando el frío invernal hizo acto de presencia en la capital. Hasta entoces, un otoño con temperaturas suaves había permitido a los alumnos aguantar el primer trimestre sin calefacción. El problema tiene su raíz en una caldera con más de 38 años de antigüedad que expulsa humo negro e invade algunas aulas cercanas. Aunque las reivindicaciones para renovar las instalaciones no vienen de ahora, las peticiones “siempre han caído en saco roto”, relata una estudiante del Grado Superior de Educación Infantil del centro.
La falta de calor artificial ha dado lugar a situaciones dantescas. Un docente, indignado por una situación que se ha repetido durante los últimos inviernos, ordenó a sus alumnos trasladarse a un centro comercial cercano para realizar una tarea de clase. “Hacía tanto frío en el aula, que el profesor nos mandó a el centro de comercial el Val para hacer un trabajo y al menos estar calientes”, afirma una alumna. Otro profesor optó por una ‘mudanza’ más cercana. En concreto, decidió impartir su asignatura en el salón de actos porque allí hay aire caliente y era “el único sitio donde se podía estar”.
Falta de profesora y alumnado
Desde que comenzara el problema, las bajas de profesores por enfermedad se han disparado y las ausencias de los alumnos se han convertido en algo habitual. “Mamá, no voy a clase porque me congelo”, aunque suene a excusa, la frase ha sido pronunciada por muchos colegiales del IES Complutense durante el último mes. De nuevo, la promesa de renovar la caldera durante las vacaciones de invierno ha vuelto a incumplirse.
En principio la nueva instalación debería de haber sido instalada antes del 5 de enero, que es cuando los estudiantes debían volver a las aulas. El último engaño de la dirección colmó el vaso de la paciencia de los alumnos, que decidieron formalizar sus quejas y manifestarse frente a la Dirección Territorial de Educación, dependiente de la Comunidad de Madrid.
Los fallos no sólo se han producido en el cambio de la caldera. El nuevo generador calorífico debía ser canalizado a través del gas natural, pero un error a la hora de enganchar la tubería ha vuelto a retrasar el proceso. “Se equivocaron al abrir la zanja donde debían realizar el empalme. Ahora tienen que tapar y abrir otro agujero en la ubicación correcta. Mientras tanto, toda la calle está levantada”, relata la colegial.
La única solución que ha aportado hasta el momento el instituto son unos calefactores que han sido encendidos sólo tras la manifestación del pasado 20 de enero y que han conseguido que los alumnos puedan deshacerse de las mantas hasta que el problema se solucione definitivamente. Por su parte, los profesores recogen firmas con el objetivo de presentar una queja formal al Ministerio de Educación.
Cabe recordar que el IES Complutense data de 1933 y que es el instituto con más historia de Alcalá de Henares, ciudad patrimonio de la humanidad. Además, fue el primer centro educativo abierto en la provincia de Madrid fuera de la capital. Ahora, sólo falta que vuelvan a ser noticia por su historia y no por tener a sus estudiantes tiritando de frío.