jueves, mayo 16, 2024
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Así entrena España a los militares iraquíes

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Instructores de todas las especialidades del Ejército; horas de entrenamiento en combate bajo el sofocante sol iraquí y una completa unidad de protección para no dejar ninguna posibilidad a una amenaza de seguridad. Los más de 220 militares españoles desplegados en la base Gran Capitán, en la localidad iraquí de Besmaya, forman a distintas unidades del ejército iraquí para mejorar sus capacidades frente al DAESH dentro de la operación Inherent Resolve de la que España forma parte. 

“Lo que hacemos realmente es mejorar su nivel de preparación para el combate”, explica el teniente de Infantería Sergio García Aznar, uno de los 50 miembros del equipo de entrenamiento del contingente español en Irak. Preparan a distintas unidades y en distintas materias, por eso es una “es una misión bastante dinámica y cambiante”.

Por eso, hay instructores de todas las especialidades del ejército aunque “principalmente les formamos a nivel táctico individual y a nivel específico” en todo tipo de materias como “instrucción en combate en zonas urbanizadas; incrementamos sus capacidades de lucha contra artefactos explosivos, su desactivación, manejo de explosivos y limpieza de campos de minas”, explica el teniente.

En el caso de este militar de Infantería, que pertenece al Regimiento de Cazadores de Arapiles 62 en Barcelona, hace una instrucción “individual tanto en el combate ofensivo como en el defensivo y tácticas para el planeamiento y desarrollo de de las operaciones”. Pero también les dan cursos de tiradores de precisión así como para el manejo de sus armas.

Los iraquíes, “muy receptivos”

La actitud de los militares iraquíes facilita el trabajo de formación. “Son muy receptivos y  agradecen muchísimo la instrucción que les damos”, describe el teniente que valora la situación en la que se encuentran los combatientes. “Ellos están acostumbrados a la guerra. Son combatientes que antes de pasar por aquí han estado en el frente, hacen un parón en la campaña, vienen a instruirse y con ese reciclaje vuelven al combate”.

Por eso, evitan valorar su nivel en el combate y se adaptan a las distintas unidades que participan en la formación. “Adaptamos la instrucción al nivel de la unidad”, indica el militar español, “trabajan de manera diferente”, pero el teniente no lo considera, en absoluto”, una dificultad.

Un aspecto que se termina convirtiendo en una barrera es el idioma. Pese a que cuentan con intérpretes, es difícil transmitir todos los matices de la instrucción. Por eso los militares españoles reciben un curso de “árabe básico para poder dar las órdenes básicas en su idioma”.

Protección en zona de guerra

Además de los instructores, en Besmaya hay unos 100 militares que se ocupan de la seguridad tanto de la base española como de los compañeros instructores que trabajan con los iraquíes. El sargento Pedro Núñez Cebrián, del Regimiento de Caballería Ligero Acorazado 8 en Valencia, explica que esa seguridad se basa en los distintos anillos de seguridad que tienen los iraquíes alrededor de la base, que está dentro de un recinto militar del Ejército iraquí y, a su vez, «nuestra base tiene su propia seguridad que proporciona esta unidad».

Hay un control interno de la base, del entorno, y el control de accesos, tanto personas como vehículos”, indica el teniente. A los iraquíes que entran en contacto con las tropas españolas se les hace una investigación previa, pero la observación, no cesa.

“Tenemos constantemente vigilando a ese personal durante los entrenamientos. Son los llamados ‘Ángeles Guardianes’”, cuenta el sargento. Por el momento, no han tenido ningún susto, cuenta desde Irak este militar.

 

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