miércoles, mayo 15, 2024
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Arrabal reinventa con Els Comediants el mito de Fausto para el Real

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«Vengo a deslumbrarme, por eso no he querido ver nada hasta ahora. A lo mejor la noche del estreno quedo espachurrado», imaginó Fernando Arrabal, que compareció este miércoles ante la prensa para la presentación del espectáculo Faust-bal, que él mismo ha escrito.

Junto al autor, estuvieron presentes Leonardo Balada, encargado de la música y el director de escena, Joan Font, fundador de Els Comediants, además del director general del Real, Miguel Muñiz, su director musical, Jesús López Cobos, y su director artístico, Antonio del Moral.

Fausto es una mujer -que añade el apellido «bal» jugando con los de los autores- y Margarita es Margarito; y la historia, que se desarrolla en un tiempo «entre el barroco y el cómic», es una alegoría sobre el bien y el mal, una crítica «al afán masculino de penetrar a la fuerza» en clave surrealista.

El autor (1932, Melilla), creador de otros tres libretos, aseguró que está «entusiasmado y conmovido» por participar en una creación «de altura mundial y excepcional» que se estrena en Madrid, «que está viviendo un auténtico Renacimiento». Su papel, subraya, ha sido el de escribir «una carta de amor» y ha elegido Fausto porque es, junto con el Don Juan, el único mito, en el sentido de que es «una mentira que dice la verdad».

Otro femenino

Joan Font, que también debuta en el Teatro Real, se refirió al texto de Arrabal como «sorprendente» y aseguró que es una obra con «varias lecturas». «Nosotros lo hemos abierto a un mundo simbólico y mítico. En ella hay un cambio de roles constante y todo se confunde en el mejor sentido de la palabra», dijo.

El director de escena declaró que esta ópera viene a demostrar cómo «la parte masculina tiene que cambiar en este mundo». «Debe venir otro femenino y otra sensibilidad», apostilló convencido de que «la creación sin riesgo es poca creación». Font señaló también que el «sello» de Comediants está en esta producción pero que, por otro lado, se han «perdido» en este «viaje sensorial».

Con este libreto ha querido homenajear y completar el que él considera «el mejor libro de la historia», El maestro y Margarita, de Mijail Bulgakov. «Quisiera llegarle a la altura de los zapatos, pero creo que le faltaba un poquitín, y es que se pudiera clonar y volar».

A Faust-bal la acusan de haber tenido una hija por clonación con una amazona y es violada por Margarito mientras el coro de «amazonas-serafinas» canta «ya la embiste y la holla el muy cabrón». Balada (1933, Barcelona), que llega con ésta a su sexta ópera, explicó que esta «obra de tres locos», a la que han dedicado él, Arrabal y Font cerca de tres años, es «muy distinta de lo que se espera de una ópera. Es una simbiosis lírica con orquesta de vanguardia», aclaró.

Preguntado si, como dice el cantaor Enrique Morente, espera «salir ileso» de ésta, dice, bromeando, que confía en que haya detector de armas a la entrada. Joan Font reconoce que a él le ha costado «entrar en algunas cosas» pero también supone que saldrán «ilesos» porque su intención ha sido «alargar la mano hacia el espectador. Puedes hacer historias absurdas pero tiene que haber una historia que contar, que el público no se pierda y que le resulte atractivo».

Una obra «absolutamente brillante»

«Había dos posibilidades con la obra: hacerla muy contemporánea o llegar al texto haciendo un viaje con muchas imágenes, muy visual, utilizando todo el poder de artificio, que es mucho, del Real», explicó Font, que cree que a este texto «sorprendente, divertido, simbólico y mítico; un canto a la esperanza» le han dado «el sello Comediants» pero también «un contexto y un concepto musical» nuevo para ellos.

López Cobos cree que Balada ha tenido respeto por la voz para no exigir a los cantantes «lo imposible» como suele ocurrir en música contemporánea. «Es un reto para todos porque es difícil conjugar lo lírico con la vanguardia».

transcurre en una hora y media, sin descanso, en 13 escenas «totalmente comprensibles para el público», con contrastes «increíbles» que van del remanso de paz a la violencia más extrema, añadió López Cobos. Del Moral apostilló que es un «acontecimiento» -el sexto estreno mundial en el Real y el cuarto en los dos últimos años- porque se trata de una obra «absolutamente brillante, personal e imaginativa» y cree que el coliseo madrileño «ha acertado» con la elección.

En sus «notas benes (pero no penes)» al libreto, Arrabal, que al final sugiere un silencio de trece minutos para que «cuando más descuidado estén el público y los intérpretes… tutti: coro más orquesta», propuso que los que silben lo hagan «con efectos de tomate» y los labios untados «en manteca de chivo expiatorio».

El elenco de esta ópera, de la que avisan que tiene «final abierto» está encabezado por Ana Ibarra, María Rodríguez, Cecilia Díaz, Gerhard Siegel, Eduardo Santamaría, Tómas Tómasson, Lauri Vasar, Stefano Palatchi y Fernando Latorre. Junto a ellos participan el Coro y la Orquesta Titular del Teatro Real, Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid, y el Coro de niños de la Comunidad de Madrid. La obra estará en cartel hasta el 23 de febrero.

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