viernes, mayo 10, 2024
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Hace falta un alzamiento nacional ciudadano

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“En España los jueces y fiscales gozan de impunidad, que es bien distinto a independencia. Hagan lo que hagan, no tendrán responsabilidad alguna”

Me sucede desde algunos años. Siempre he sido un firme defensor de causas perdidas y la presunción de inocencia encabeza el ranking. Desde que sufrí sus consecuencias la hilaridad me brota por los poros. Rodrigo Rato ha sido, junto a 33 personas más que también tienen nombre y apellidos, absueltos en el pleito penal sobre la salida de Bankia a bolsa. ¿Tema resuelto?, me revelo ante esa posibilidad. Ahora es cuando debería empezar a trabajar esa justicia injusta que ni está ni se le espera. En España los jueces y fiscales gozan de impunidad, que es bien distinto a independencia. Hagan lo que hagan, no tendrán responsabilidad alguna.

Empiezo por decir que Rodrigo Rato es alguien a quien ni siquiera conozco, pero cuyo caso nos tiene que hacer reflexionar a todos. De nuevo se repite la historia de esta España cainita, llena de bandoleros travestidos en jueces, fiscales, políticos y banqueros, que cuando pone la máquina de aniquilar en marcha, pobre del que caiga entre sus objetivos. Lo he padecido.

Mientras Rato y otros 33 han sido absueltos después de haber estado señalados, y alguno encarcelado, durante 9 años por el ya sentenciado capricho de una Fiscalía Anticorrupción a la que habría que borrar lo de “anti”, otros como Griñán, con sentencia firme de cárcel, ha pasado el verano en la playa. Por no hablar de Manuel Chaves o el clan de los Puyol, dos de los políticos más corruptos que ha dado la democracia, intocables a día de hoy.

“De nuevo se repite la historia de esta España cainita, llena de bandoleros travestidos en jueces, fiscales, políticos y banqueros”

Pues a pesar de que el fallo señala con claridad la existencia de una falta de contención en las imputaciones, una reiteración en ignorar el visto bueno de las autoridades inspectoras y del Banco de España, un absoluto desprecio de las 36 advertencias expresas de riesgos y un incoherente cambio de criterio de acusación adoptado sobre la marcha, seguro que da igual y nadie exigirá responsabilidad alguna a los causantes de esta felonía. ¿Qué parte es exigible al Ministerio Fiscal que acusó sin pruebas?, ¿cómo es posible que en un sistema democrático no haya responsabilidad alguna en un caso como este?. Se pueden contar con los dedos de una mano los casos en que un juez o un fiscal haya sido sancionado o apartado de sus funciones.

Esta situación no es nueva, lo hemos visto en casos tan clamorosos como los del expresidente del Barcelona, Sandro Rosell o el ex alcalde de Polop, Juan Cano. Dos personas que dieron con sus huesos en la cárcel y les costó la claudicación de su reputación, para después ser absueltos sin ni siquiera pedirles disculpas. ¿Quién les devuelve el tiempo robado, los años sufridos y perdidos en la cárcel?, ¿quién les resarce y como se compensa el sufrimiento personal, familiar, económico y social?, ¿quién les garantiza y de que forma el que no van a estar el resto de sus vidas estigmatizados socialmente?.

Mientras en este país no corrijamos esa doble vara de medir, la doble moral a la que jueces y políticos nos tienen acostumbrados con sus acciones, nadie va a confiar en ellos. La brecha entre los ciudadanos y aquellos que han de enjuiciarlos o dirigirlos, es cada vez mayor. Cuando un empresario equivoca una inversión, lo paga con el embargo de todo cuanto posee, al igual que numerosas profesiones en las que cometer un error, supone una persecución infinita por parte bancos y administraciones públicas. Es mucho más perseguido cualquier pequeño empresario que no puede atender sus deudas, que un etarra al que se acorta su pena o un partido político al que directamente se condona sus préstamos.

Resulta casual que en menos de 15 días hayamos conocido la absorción (algunos lo llaman fusión) de Bankia por Caixabank y a continuación la absolución de aquellos que propiciaron la salida a bolsa. Tan curioso como el clamoroso silencio sobre los 22.000 millones de euros que nos sacaron a todos los españoles para rescatar esta quebrada caja de ahorros y de los que no hemos vuelto oír hablar. Pobre de usted como no pague la letra de su hipoteca cada mes. Un total de 70.000 millones nos costó la nefasta gestión de políticos y sindicatos durante años al frente de las cajas de ahorros. Mientras ninguno de ellos pena hoy en la cárcel por prestar dinero a espuertas y sin aval a sus amigachos, e incluso algunos fueron bien embadurnados con jugosas indemnizaciones, los españoles seguimos esperando que esta progresista izquierda nos diga que pasa con ese dinero…tan social.

Da verdadero asco vivir en un país tan corrompido como este. Siento una profunda tristeza cada vez que revivo capítulos como el de Rodrigo Rato. Infinidad de familias arruinadas que no pudieron pagar sus hipotecas, perseguidas por la usura de estos ladrones de guante blanco que dejaron las cajas de ahorro con telarañas en la caja fuerte, mientras los intocables jueces tardan nueve años en reconocer un error y como el que oye llover. Qué falta hace un alzamiento nacional ciudadano contra tanta desfachatez judicial y política.

 

Leopoldo Bernabeu

Leopoldo Bernabeu López

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