Cuando escribo esta columna dos mujeres acaban de ser asesinadas por la violencia machista en Pontevedra y Fuengirola, otra mujer había sido asesinada en Tenerife. Esta claro de que debo hablarles hoy.
Tres mujeres asesinadas en dos días, 80 en lo que va de año un año, y más de 800 mujeres en una década han sido asesinadas por hombres. Son datos que no pueden dejar indiferente a nadie, salvo, quizá, a un gobierno cuya reacción, cuando existe, es extraordinariamente lenta.
No, no es una apreciación mía que el Gobierno no esté haciendo todo lo que está en su mano en la lucha contra la violencia de género, es algo que ha puesto negro sobre blanco la propia Naciones Unidas que tras examinar la política del Estado español sobre igualdad, ha dado un suspenso a nuestro país.
La propia Naciones Unidas que tras examinar la política del Estado español sobre igualdad, ha dado un suspenso a nuestro país
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, junto a otras muchas cuestiones, señala en sus observaciones finales que está “alarmado por la violencia contra la mujer, incluida la violencia sexual, y por el alto porcentaje de mujeres que han muerto como resultado de la violencia de género en las relaciones de pareja”.
Lo cierto es la que Ley Integral Contra la Violencia de Género (del año 2004) no abarca la gama completa de la violencia de género fuera de la violencia dentro de la pareja.
Por ello, Las Naciones Unidas han instado al Gobierno a revisar su legislación sobre la violencia contra la mujer en vigor, a fin de que incluya otras formas de violencia de género.
Necesitamos formación judicial y policial; medidas integrales para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y las niñas; medios inmediatos de reparación y protección, y que los autores sean enjuiciados y castigados adecuadamente.
Necesitamos alentar a las mujeres a denunciar los casos de violencia; proporcionar asistencia y protección; recopilar datos estadísticos sobre la violencia doméstica y sexual.
Por el contrario, estas recomendaciones han pasado a un cajón. Un Gobierno que tuviese una mínima sensibilidad social habría puesto en marcha estas medidas y otras muchas.
No se puede invisibilizar la violencia de género, convertir estos asesinatos en una noticia cualquiera de la página de sucesos.
Si algo ha conseguido el feminismo, la lucha de las mujeres, es sacarla a la luz, poner la violencia contra las mujeres en la agenda pública. No vamos a permitir, que se vuelva a ocultar una realidad: se nos está matando por ser mujeres.
El próximo 7 de noviembre, llenaremos las calles de Madrid denunciando la violencia machista, pero también a quienes con sus silencios, con sus deformaciones, manipulaciones, o recortes no hacen todo lo que está en su mano para convertir la violencia de género en una cuestión de estado.
No puede faltar nadie, el 7 de noviembre, a las 12 horas desde el Ministerio de Sanidad hasta la Plaza de España. Ni una más. Ni una menos. #yovoy7n.
Libertad Martínez