Si algo hay claro tras los acontecimientos ocurridos este jueves, es que se ha producido un punto de inflexión en la columna vertebral del Partido Popular. Diversos dirigentes han salido a desmentir que los documentos publicados en exclusiva por El País y recogidos por Estrella Digital pertenezcan a una contabilidad B del partido, como también han negado la propia existencia de dicha caja.
No se pueden permitir el lujo ni siquiera de tener el beneficio de la duda
Cabe destacar el desmentido de una figura como la de Álvaro Lapuerta, refutando la información aparecida y aclarando que durante su mandato como tesorero en el PP no se produjo ninguna irregularidad en la tesorería de Génova. Y es una información de vital importancia porque viene de una persona que rechazó todos los privilegios que su cargo disfrutaba dentro del partido. Ni chófer, ni vehículo oficial, ni comidas, ni dietas, ni nada de nada. Simplemente por una razón importantísima que hoy en día parece que algunos han olvidado: Dar ejemplo y actuar con absoluta transparencia y austeridad.
Desde luego se trata de un arquetipo modélico y necesario ahora mismo en el Partido Popular (y digo en el PP porque estamos hablando hoy de él, pero es un modelo a seguir en todos los partidos, igual de amenazados por la corrupción). Los de Génova tienen que mover ficha, y no me refiero a otra rueda de prensa, que si que es verdad que era necesaria y callados no se podían quedar. Me refiero a desdecir y no dejar duda a que la principal estructura del Partido, su cúpula directiva, no ha estado años y años corrupta, aceptando dinero en B.
Para ello, sólo hay un único camino, complicado, cuesta arriba y lleno de las mayores adversidades que se puedan encontrar y que no sólo pasa por hacer una auditoria externa y otra interna de una contabilidad, que, de ser cierta la veracidad de su existencia y que además hubieran sido sido muy torpes, está oculta por razones obvias.
Es necesaria la publicación del listado de acogidos a la amnistía fiscal
Vuelvo a insistir, los dirigentes de un partido, y en este caso además de una nación, no se pueden permitir el lujo ni siquiera de tener el beneficio de la duda. Por una sencilla razón: No puede haber ni un mínimo interrogante sobre ellos. Sobre ninguno. Sobre un partido. Ni sobre la estructura principal que lo sustenta.
Ahora ya no hay vuelta atrás y la desconfianza reina en cada uno de los miembro de esa cúpula. De los que están, de los que están y fueron, y de los que fueron miembros de ella. Sólo tienen una única alternativa, crear una Ley de Transparencia, un pacto de partidos contra la corrupción, hacer público el patrimonio de los hipotéticos implicados y su renta en los años que fueron directivos del núcleo duro.
Y aún así, las dudas les seguirán cual sombra frente al sol, por lo que es necesaria la publicación del listado de acogidos a la amnistía fiscal. De las personas, entidades y administradores de las mismas. Sólo así, conseguirán aprobar el examen de todos los españoles y de los votantes.
Patricia Vico – en Twitter @pativico– Estrella Digital
Patricia Vico