sábado, mayo 18, 2024
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Lecciones en inglés sobre el paro

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Cualquiera que viese el último debate entre los tres candidatos a las elecciones británicas del próximo 6 de mayo celebrado en la Universidad de Birmingham y retransmitido por la BBC pudo apreciar sin dificultad las enormes diferencias, de fondo y de forma, con la manera en que similares contiendas se ventilan en España. Esto es aún más llamativo si tenemos en cuenta el carácter absolutamente novedoso de tal debate en un país de tradiciones centenarias, entre las cuales no está la de convertir la política en un espectáculo multimedia para las masas. Baste en este sentido recordar que hasta finales de años ochenta del pasado siglo, las cámaras de televisión no podían entrar en Los Comunes.

Entre las diferencias formales, seguro que los espectadores identificaron la cordialidad no forzada con la que los tres intervinientes intercambiaban sus opiniones, materializada en las mutuas apelaciones por el nombre de pila, tan distantes del forzado «Señor» con el que los candidatos españoles suelen subrayar su agresividad hacia el oponente.

Pero me interesó mucho más una cuestión de fondo relativa a un elemento esencial de la situación económica y social, cual es la del desempleo. Los tres candidatos que debatían en la inmensa sala universitaria, con las vidrieras góticas de fondo, coincidían en que era fundamental incorporar a los parados al mundo laboral y, en ese aspecto, también confluían sus opiniones en el sentido de que había que reforzar los medios para que cualquier persona que percibiese un subsidio y rechazase una oferta de empleo adecuada a su perfil o una oferta de formación, fuese inmediatamente privada de tal ayuda. Es más, las diferencias entre los contendientes sobre el particular se pusieron de manifiesto al acusarse mutuamente de no ser lo suficientemente duros en la adopción de medidas encaminadas a dicho fin. ¿Quiere esto decir que los británicos son unos desalmados que quieren acabar con el estado del bienestar, incluidos los laboristas y el Obama blanco Nick Clegg? Francamente lo dudo mucho. Lo que significa es que los británicos perciben los males que en una sociedad produce el acomodamiento en las ayudas públicas y comprenden que, en un momento como el actual, la posibilidad de un futuro mejor está íntimamente ligada al esfuerzo personal, que debe ser fomentado, reduciendo la labor asistencial a lo necesario, no a lo conveniente. Si consideramos que el nivel de paro en el Reino Unido está por debajo del 10%, mientras que en España superamos el 20%, es posible que extraigamos alguna conclusión interesante.

Juan Carlos Olarra

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