De los cuatro primer clasificados de la Liga únicamente uno, el Deportivo, continúa en la Copa del Rey. El Madrid fue el primero en caer y de manera infamante frente al Alcorcón y ahora lo han hecho Barcelona y Valencia. Quedan en pie el equipo coruñés y el Sevilla que está a un paso de la Liga de Campeones.
Era previsible que el Sevilla se defendiera en su campo y diera valor al 1-2 conseguido en el Camp Nou. Estaba también más o menos previsto que el Deportivo, en Riazor, hiciera valer el 1-2 de Mestalla. Los dos clasificados, al final, hicieron buenos los pronósticos.
El Barça hizo un gran partido en Nervión. La segunda parte fue extraordinaria y en ella consiguió el único tanto del partido. El Barça salió de Sevilla con honra, moralmente vencedor. En el fútbol, en el deporte en general, la historia no recuerda a los ganadores morales. Ello solo es consuelo.
El Valencia, en media hora, con dos goles de Zigic, remontó la eliminatoria. En la segunda parte lo tiró todo por la borda. Unai Emery, aficionado a alineaciones extrañas, sorprendentes y de vez en cuando estrambóticas, también hizo de las suyas esta vez. Cuando recurrió a Villa era tarde.
La historia de la Copa desde que comenzó a disputarse tiene en sus páginas resultados extraordinarios, remontadas muy sonadas fuera de casa. No obstante, lo habitual es ganar las eliminatorias en casa. Barça y Valencia las perdieron en los partidos de ida.
El Barça ya no puede aspirar a ganar otra vez los seis títulos del año. El Madrid está en el mismo caso. Esta vez se han igualado en la desgracia.
Julián García Candau