El 28 de junio se realizaron en el Uruguay las elecciones internas con miras a las nacionales del venidero mes de octubre, y, el ex presidente Luis Alberto Lacalle, del liberal Partido Nacional o Blanco, se impuso por 15 puntos de ventaja a su contendiente, el senador Jorge Larrañaga, quien será su compañero de fórmula como vicepresidente. Lacalle obtuvo, por lo demás, cincuenta mil votos más que el candidato de la izquierda, el ex guerrillero tupamaro y líder de ese movimiento, José Mujica, quien fue el ganador en su colectividad. Pedro Bordaberry ganó las internas en el socialdemócrata Partido Colorado. El Partido Nacional resultó, dicho sea de paso, en esta consulta de voto no obligatorio, el más votado.
Ante ese panorama, el ex presidente Lacalle ha señalado a ESTRELLA DIGITAL que «pocos honores son tan significativos como éste», y agregó que no se puede pensar que se trata de una tarea individual, sino que «descansa en una sólida dirigencia, un electorado afín y el que aspiramos a convencer en buena ley».
Ya comenzó, naturalmente, la campaña electoral hacia el último domingo de octubre, cuando se realizarán las elecciones nacionales. Se espera una campaña ardua, dura y muy áspera. Y los primeros días así lo muestran, a pesar de que la noche de las internas, los candidatos triunfadores dijeron que la misma sería sin agravios personales, basada en la discusión de ideas y programas.
Al iniciar su camino a las presidenciales, Lacalle dijo: «No nos es ajena la envoltura trágica que, desde la perspectiva de Unamuno, arropa al poder. Pero si volvemos por un instante la mirada hacia atrás, porque a mí me gusta mirar sólo el porvenir, si miramos el espejo retrovisor, advertimos que «no hemos dejado el honor en el camino».
Hablando de su partido y sus ideas, insiste en señalar: «Nosotros tenemos un solo dogma: la libertad; y una sola intransigencia: la independencia nacional». Y especifica: «Nuestros enemigos son la inseguridad, la pobreza, la enfermedad y la ignorancia».
Sobre el Gobierno de la coalición de izquierdas Frente Amplio, presidido por Tabaré Vázquez, Lacalle reflexiona: «Tuvieron a su favor la mayoría parlamentaria, prosperidad económica sin precedentes inmediatos, y el gran capital que es la ilusión de los gobernados… Pero, al fin, las mayorías trajeron leyes conflictivas, la bonanza fue dispendiada y las ilusiones han quedado por el camino… No hay remedios en hospitales, no se construyen escuelas, faltan los alumnos en porcentajes muy altos y no hay profesores, en tanto fracasó el Plan de Emergencia, a pesar de los millones, y a este panorama debemos sumarle leyes que atacan la certidumbre jurídica, violentan las propiedades de la seguridad y menoscaban derechos ajenos. Frente a todo esto se levanta, como bandera de esperanza, el Partido Nacional».
Tras estos comentarios señala Lacalle que «ésta será una elección, no un simple cambio de Gobierno». Y subraya: «Nuestras definiciones serán tajantes y claras, con un programa -que es nuestro contrato con el votante- que señala por qué aspiramos al Gobierno, es decir, para llevar adelante el programa que le entregaremos para que lo conozca en detalle. Queremos que nuestras propuestas tengan la solidez de lo posible, y el atractivo de lo justo».
Luis Alberto Lacalle de Herrera (abogado de profesión), nieto del ilustre político e historiador uruguayo Luis Alberto de Herrera, fue diputado, senador y, desde 1990 a 1995, presidente del Uruguay, país donde no hay reelección, sino que debe dejarse pasar un período para una nueva postulación. Este político de raza tiene clara conciencia de que la ética busca la armonía de las personas y la política la armonía de las sociedades.
Rubén Loza Aguerrebere