Menos de 24 horas después de que el presidente estadounidense anunciara su decisión de retirarse del acuerdo de 2015 y de firmar un nuevo acuerdo menos ambicioso, y tras el acuerdo en la cumbre Eurochina, Bruselas ha declarado su rechazo rotundo a participar en tales conversaciones.
Al contrario, los funcionarios de la UE evitaran a la Administración norteamericana para tratar directamente con los estados y grandes corporaciones estadounidenses, muchos de los cuales ya se han comprometido con los términos acordados en París.
Miguel Arias Cañete, comisario europeo para la acción climática, dijo que “un acuerdo global no debe someterse al capricho de una elección doméstica”. «El acuerdo de París está aquí para quedarse. Los 29 artículos de este acuerdo de París no deben ser renegociados. Deben aplicarse. Eso es lo que hará la UE «, ha reafirmado Cañete.
Cañete, que habló en Bruselas después de finalizar una declaración conjunta con China sobre la aceleración de los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono, dijo: «El mundo puede seguir contando con la UE para proporcionar liderazgo global para luchar contra el cambio climático.
«La lucha contra el cambio climático no puede depender del resultado de las elecciones en un país u otro. Cuando un país firma un acuerdo internacional tiene que cumplir sus compromisos. Habrá nuevas administraciones. Estoy seguro de que el Presidente Trump no ha leído los artículos de este tratado. No hay nada que renegociar aquí «.
Aislamiento de Trump
El movimiento de Trump se ha encontrado con un coro de desaprobación de los líderes globales y de las compañías tecnológicas, incluyendo Facebook, Apple, Ford y Microsoft. Varios gobernadores de Estados Unidos y alcaldes de grandes ciudades han prometido ignorar a Washington.
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que Trump «no puede y no detendrá a todos aquellos que nos sentimos obligados a proteger el planeta». Dijo que la decisión de los Estados Unidos de unirse a Nicaragua y Siria fuera del acuerdo era «extremadamente lamentable, dicho de forma moderada”
Li Keqiang, primer ministro chino, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, también hablaron el viernes por la mañana de la importancia de continuar la cooperación internacional para derrotar el calentamiento global.
Merkel ha recordado que “había muchos otros socios dispuestos a trabajar juntos” y se mostró «entusiasmada» por la respuesta de las compañías estadounidenses que apoyaban el acuerdo.
«Necesitamos este acuerdo de París para salvar nuestra creación», dijo Emmanuel Macron. El presidente francés afirmó, en un discurso sin precedentes en inglés en el Palacio del Elíseo, que “creía que Trump había cometido un error”. «Respeto esta decisión, pero creo que es un error real tanto para Estados Unidos como para nuestro planeta, concluyó Macron.
Inglaterrra no firma con los europeos
Downing Street emitió una declaración diciendo que la primera ministra británica, Theresa May, había señalado telefónicamente a Trump su «decepción».
Sin embargo, la primera ministra británica no firmó una declaración conjunta con Francia, Alemania o Italia como se le solicitaba, como miembro del G7. Dado el aluvión de críticas, la Primera Ministra metida de lleno en su campaña para las elecciones generales del 8 de junio, intentó defenderse reafirmando el «compromiso del Reino Unido a respetar el acuerdo de París». La reacción británica ha sido una de las más tímidas en los países del G7.
Esta reacción se explica por una palabra: Brexit. El gobierno británico quiere evitar su salida del espacio económico europeo, pero firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.
De ahí la danza del pavo real que comenzaron los responsables políticos británicos con la llegada en enero a la Casa Blanca por Donald Trump: visita relámpago de May,apretones de manos e invitación a una visita real de Isabel II.
Ni Theresa May ni su gobierno son particularmente activos en materia de medio ambiente. En julio, apenas asumió el cargo, eliminó el Departamento de Cambio Climático, confirmó la eliminación de los subsidios a la energía renovable y no oculta una cierta simpatía por la industria del gas de esquisto.
J.B.