El incremento del precio del petróleo durante las últimas semanas, y el riesgo cierto de que continúe en esa tendencia, no hace más que sembrar de dudas la incipiente recuperación económica que ya se apreciaba en algunos países de la primera división de la eurozona. En el caso de España, situada en los puestos de descenso a segunda, las altas tarifas del Brent pondrán en serio peligro las posibilidades de salvar la categoría, olvidadas ya las opciones de, no solo no jugar la UEFA, sino de quedar por la mitad de la tabla.
Si los hidrocarburos siguen por encima del listón de los 100 dólares, sus negativas consecuencias sobre el PIB no se dejarán esperar. Además, según los entendidos que analizan los efectos de estas fluctuaciones, a España le supondrá un sobrecoste de 12.000 millones.
Parece ser que en esta ocasión, además de lo que supone el encarecimiento del crudo para el PIB, podríamos encontrarnos con algún serio de problema de abastecimiento. Mientras no se solucionen las cosas en los países productores, hoy es Libia y mañana ya veremos, las medidas que se tomen han de ser rigurosas, contrastadas y explicadas por el Presidente del Gobierno. Hasta el momento, sabemos que las actuaciones que ha decidido poner en marcha el ejecutivo las contó el vicepresidente e ignoramos si han sido suficientemente contrastadas.
Lo de circular a 110 Km/por hora está teniendo tanto defensores como detractores. Mientras Rubalcaba, que sabe mucho de todo, y cifra el ahorro en el 15%, ingenieros en automoción, que saben más de vehículos y combustible que el mismísimo Rubalcaba, lo reducen 3%. Mientras unos han hecho cuentas sobre lo que nos ahorraremos en la factura de importación (unos 1.500 millones), otros suman o restan, según el caso, lo que el Estado dejará de recaudar por los impuestos de hidrocarburos (alrededor de 600 millones) y el impacto –sin cuantificar- que supondrá una carga menor del IVA. Al final, vienen a concluir, no es más que el chocolate del loro.
Nada es gratis, y cambiar las señalizaciones, nos cuentan que de manera provisional, costará unos 250.000 Euros.
Ya solo falta que recuperen la campaña publicitaria del tardofranquismo a raíz de la crisis del petróleo de 1973:
“Aunque usted pueda, España no puede”.
Cuestión de tiempo.