sábado, mayo 11, 2024
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El corresponsal de Craxi

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Me había casi olvidado de Bettino Craxi, cuando un artículo de Gregorio Morán me ha despertado de mi ensueño, preguntándome quién sería el corresponsal de Bettino Craxi en España para que ocurriera una de las más gigantescas operaciones económicas, como fue la compra de Antibióticos por Montedison, entre las economías de España e Italia y que acabó con la anterior República, creándose la nueva, gobernada hoy por Silvio Berlusconi. Mi tesis es que esto puede pasar hoy también en España, pues se ha acelerado la corrupción en nuestra nación en todos los partidos. No me voy a extender demasiado en este punto, pues ninguno se salva, unos más y otros menos, pero todos dejándose sobornar, al menos sus militantes y en general los más destacados, que, claro, tienen acceso a más dinero y recursos.

Es el caso de Antibióticos, vendida a Mario Schimberni, en 58.200 millones de pesetas, en 1980. Esta empresa, laboratorio farmacéutico, que tenía una cartera de productos, la mayoría obsoletos, penicilinas sobre todo, con fábrica en León y central en la calle Antonio López de Madrid, y cuyo director comercial había sido el padre de Pasqual Maragall, luego senador, se vendió por una cifra gigantesca, lo que demuestra la habilidad de los españoles. El affaire, por investigación del fiscal de Mani Pulite Di Pietro acabó, entre otros temas, con el ex primer ministro del Partido Socialista Italiano, Bettino Craxi, exiliado en Hammamet (Túnez), Schimberni fue desplazado por Raúl Gardini, que compró una participación y que acabó suicidándose en la cárcel, y también Gabriele Cagliari, ex presidente del ENI, ambos implicados, y el presidente Giuseppe Garofano, miembro del Opus Dei, apodado el Cardenal, en la cárcel. Muchos suicidios, ¿no les parece?

Mario Schimberni había firmado el 31 de diciembre de 1988 la venta. Schimberni escapó de su país cuando en 1993 fue acusado de haber desviado 300 millones de dólares de diversas operaciones a cuentas secretas en Curaçao. Se salvó porque el delito entró en prescripción y murió el 18 de mayo del 2001. En esas fechas, un periodista de la revista italiana me preguntó qué opinaba del asunto, y le dije que para mi Antibióticos no valía más de 10.000 millones de pesetas. Craxi murió exiliado en Hammamet (Túnez) cuando apenas le faltaban tres semanas para cumplir los 66 años. Gobernó Italia desde 1983 a 1987 y era estrecho amigo de Felipe González, que dio el plácet para la venta de Antibióticos, posteriormente comprada por, creo, un grupo mexicano, incluidos los terrenos de Antonio López en Madrid y los de León, por muchísimo menos de los 58.200 millones de pesetas (unos 350 millones de euros) que se habían pagado en 1988.

Ahora se ha abierto en Italia un importante debate a los diez años de su muerte, el 19 de enero del 2000, pues Berlusconi no hubiera sido posible sin Craxi. Con Craxi murió un régimen corrupto que se parece muchísimo al que nosotros padecemos, y ello sin su corresponsal español que dicen cobró, o cobraron si fueron varios, 3.000 millones de pesetas de comisión. Si es cierto o no, algún otro español debería de saberlo y posiblemente denunciarlo, para que él o los corruptos no sigan pavoneándose por ahí, dándoselas de «sabios» y encima pretendiendo seguir en la política.

La prueba de este Régimen virtual la tuve el domingo cuando con la Plataforma 2.0 nos manifestábamos contra la ‘Ley Sinde’ en la Gala de los Goyas. Como mucho, unas cien personas flanqueaban, estilo Hollywood, la alfombra roja, mientras, separados por barreras, había unas mil personas más; manifestantes y espontáneos abucheaban a toda la «panda» de artistas de la «ceja» subvencionados y arreciaba el abucheo cuando se trataba de políticos, que bajaban de sus lujosos y blindados automóviles. Hasta el punto que TVE renunció a grabar las llegadas a la alfombra roja y a emitirlas a causa de la pitada general que acompañaba a los encopetados personajes. Nada de esto se vio en la retransmisión de la gala que funcionó en un edulcorado y turiferario ambiente de aplausos y que culminó cuando los artistas ofrecieron, me imagino que no todos, sus Goyas a Zapatero y que algunas revistas del corazón han reflejado aun que los artistas preguntados afirman que no saben lo que pasaba fuera. O sea, un decorado para salir en TVE y nada más, pura propaganda al más clásico estilo goebbeliano, exactamente como en los mítines de los partidos, que se montan para salir cinco minutos en televisión, podían poner también un decorado. Se ahorrarían dinero y fatigas y viviríamos en el mundo feliz de Aldous Huxley.

El cambio de régimen está al llegar, nadie sabe ni cómo ni cuándo, pero el corresponsal o corresponsales de la corrupción de los últimos treinta y tres años se descubrirán y el edificio político partidista actual caerá hecho añicos al suelo del olvido.

* Presidente del Club Liberal Español

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