sábado, mayo 18, 2024
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Sarkozy y Merkel piden una intervención «rápida y decisiva» para impedir «daños irreversibles» a la economía

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Los dos dirigentes recuerdan que atravesamos circunstancias «realmente excepcionales», que la crisis bancaria es la más fuerte de los últimos 70 años, que la mayoría de las economías europeas registran sus peores resultados en años y que algunas superarán el 3% del déficit, algo «inevitable» en tales circunstancias.

En todo caso, creen que la economía mundial se recuperará en 2009 y que las economías de la zona euro siguen estando sanas, pero advierten de que el repunte económico no se hará sólo y que, a pesar de un aporte masivo de recursos al sector bancario, el funcionamiento de los mercados financieros sigue muy alterado, predomina la incertidumbre, los proyectos de inversión se revisan o retrasan, el consumo es bajo y la confianza se ha deteriorado «peligrosamente».

En este contexto, ven «capital» impedir una espiral recesiva y piden a los bancos e instituciones financieras usar «plenamente» las facilidades que se les han dado para apoyar los créditos a la economía. Además, argumentan que el examen de las últimas crisis bancarias muestra que es necesaria «una intervención pública rápida y decisiva para impedir daños irreversibles» a las economías europeas, por lo que reclaman imitar las iniciativas de relanzamiento económico de China o Estados Unidos.

Así, aunque admiten que no existe un único modelo de relanzamiento que se pueda aplicar en los 27, cuyas situaciones económicas y presupuestarias son diferentes, creen, en cambio, que «un estímulo presupuestario coordinado» podría restablecer la confianza de consumidores e inversores y evitar «comportamientos oportunistas» en el seno de un conjunto de Estados que comparten «mucho más que las instituciones». «Se debe intentar todo para apoyar nuestras economías en este periodo excepcional», dicen.

El enfoque común propuesto por Sarkozy y Merkel pasaría por una serie de medidas que deberían respetar tres criterios –«ser fuertes, temporales y decididas»– e ir más allá de los simples estabilizadores automáticos. Proponen que sirvan para financiar la inversión y las infraestructuras, el respaldo a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y el apoyo directo a los hogares. En todo caso, correspondería a cada país elaborar su propio plan y decidir su propia dosificación, favoreciendo las medidas que tengan «un impacto lo más fuerte y rápido posible».

«Nuestros conciudadanos deben saber que no les dejaremos solos frente al mayor ‘shock’ económico de las últimas décadas. Deben estar también seguros de que no renunciaremos a nuestra responsabilidad presupuestaria ni al objetivo de estabilidad a medio plazo de las finanzas públicas», sostienen en la tribuna.

Sarkozy y Merkel quieren que las instituciones comunitarias participen en el relanzamiento económico, en primer lugar concertando las medidas a tomar. Además, consideran que un punto del Producto Interior Bruto (PIB) europeo es un «buen objetivo» pero matizan que los planes nacionales deberán adaptarse «según las circunstancias».

Y dejan claro que «no se necesita ni una aprobación formal ni una supervisión puntillosa, sino líneas directrices» que podrá adoptar el Consejo Europeo de los próximos 11 y 12 de diciembre. Además, puntualizan que algunos países han adoptado ya medidas que van en este sentido y que la Unión Europea debería luego «complementar» las acciones decididas en cada país.

Más flexibilidad

La industria del automóvil y el sector de la energía podrían apoyarse movilizando nuevos medios del Banco Europeo de Inversiones (BEI).También se debería acelerar la movilización de los fondos estructurales para prefinanciar algunos programas, como los de ahorro energético. A ello añaden que, de manera temporal, habría que aplicar con «más flexibilidad» las reglas europeas sobre ayudas estatales.

Los dos líderes quieren igualmente objetivos más ambiciosos en infraestructuras, por ejemplo en el ámbito de la alta definición y en las redes de transporte y distribución de energía que podrían, en su opinión, ser fuentes suplementarias de crecimiento.

Sostienen que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) tendría que aplicarse «con flexibilidad» y recuerdan el propio Pacto prevé «márgenes de maniobra a corto plazo que hace falta usar». Luego será el momento de construir «un verdadero plan de restablecimiento presupuestario».

En definitiva, aseguran que la Unión Europea puede contribuir a poner estas medidas en marcha rápidamente porque «la velocidad de reacción es crucial en materia de relanzamiento económico» y por lo tanto, los Estados miembros no pueden verse «ralentizados por los procedimientos comunitarios en la aplicación» de sus planes de choque.

Plantean que, incluso si fuera necesario aumentar el gasto comunitario, debería autorizarse rápidamente, respetando las perspectivas financieras 2007-2013. «Nos comprometemos a hacer todo lo posible para acelerar la recuperación. Lo haremos con la mente puesta en la necesidad de continuar las reformas estructurales y observar la consolidación de las finanzas públicas», garantizan.

Por último, invitan al resto de socios europeos a adoptar estos principios «simples y fuertes» durante el próximo Consejo Europeo, para forjar la contribución de la Europa unida al llamamiento de la cumbre de Washington que el pasado 15 de noviembre recomendó medidas a favor del relanzamiento económico.

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