Para empezar, conviene no engañarse. Si el fondo fuera una “hucha” ya nos lo habríamos gastado. Si hablamos solo de las cantidades que se pusieron en tiempos de bonanza, ya habría cerrado. Han sido las rentabilidades que estos años ha obteniendo, gracias a la elevada prima de riesgo que sufrió la economía española, dicho sea de paso, las que lo mantienen.
El Fondo de Reserva informó a las Cortes las cifras: desde el año 2000 al 2010, se aportaron 52.113 millones, a los que deben sumarse 1.474 de excedentes de las Mutuas Laborales. En total, 53.587 millones. Tras la retirada anunciada este jueves, desde 2012 suman 55.100 millones retirados. Así que queda claro, ya vivimos de las rentabilidades y estas son menguantes.
Ancha es la hucha
En 2012, cuando llegó el Gobierno, Rajoy se encontró con más de 66 mil millones en el Fondo de Reserva. Fruto del Pacto de Toledo y creado por Aznar, se trataba de un buen colchón con el que el Gobierno ha ocultado un déficit real de más seis puntos de PIB.
El Fondo estaba destinado a ser utilizado en el caso de que la presión demográfica hiciera necesario reforzar el sistema. De hecho, la disposición de activos estaba limitada al 3% del total, para entendernos unos 3.500 millones anuales. Rajoy hizo aprobar una supresión de este límite durante tres ejercicios y el año pasado la excepción se extendió a 2015 y a 2016.
Esa posibilidad se ha utilizado de forma abusiva. Los fondos utilizados este año han ido a pagar pagas extras y para las retenciones de IRPF de un tercio de los pensionistas, como es el caso de los mil millones anunciados este jueves. Pero, también, se han financiado políticas de incentivos a la contratación por cuenta ajena o al alta como trabajador por cuenta propia, ajenas a las cotizaciones .
La Seguridad Social: ni superávit ni liquidez
La Autoridad Independiente de responsabilidad fiscal (AIReF) alertaba, ayer mismo, sobre el incumplimiento del objetivo de reducción déficit de la Seguridad Social. No obstante, en materia de pensiones señala que las cotizaciones crecerán este año en el entorno del 3,4% mientras el coste de pensiones crecerá en un 3%.
El aumento de cotizaciones, al tratarse de un empleo precario y con salarios más bajos, supone un menor impacto en el sistema de pensiones. El ingreso medio a la Seguridad Social por cotizante se situaba en unos 5.600 euros anuales en 2012; ahora, está situado en los 5.400 euros al año.
No obstante, las pensiones contributivas generan recursos para ser pagadas, aunque justito. El problema es que el sistema ya no facilita recursos para la financiación de las prestaciones no contributivas y universales que deberán recurrir a los Presupuestos del Estado.
¿Un Fondo rentable o lo pagamos con la prima de riesgo?
El Fondo de Reserva es un instrumento rentable. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha reconocido que la rentabilidad del fondo asciende a más de 27 mil millones, de los que 1.426 corresponden a lo que llevamos de año.
Como se ha dicho, es esa rentabilidad lo que ha permitido sobrevivir al fondo. Han sido los años más acuciantes de la prima de riesgo española los que los gestores han utilizado para comprar deuda española, que supone el 100% de las inversiones.
De hecho, el récord de rentabilidad ofrecido en 2015, por encima de los 3.900 millones, deriva de la época dura de la prima de riesgo. Este año, la rentabilidad es, por ahora, de 1.426 millones pero en los dos próximos años en conjunto serán de 1.615 millones, por debajo de lo que se obtendrá este año
“Que no panda el cúnico”
En tres pagas extras y un nuevo pago fiscal, el Fondo de Reserva se habrá acabado. Para entendernos, con suerte llega a finales del año que viene. Hay que decir que el final del Fondo no significa el final del sistema de pensiones. Advirtamos pues sobre los profetas del colapso, interesados en sistemas privados.
Las pensiones contributivas puede financiarse, si se mantienen las tasas de empleo, aunque presionadas por los recortes salariales. Cuando hablamos de pensiones contributivas, 9,4 millones de pensiones en total, no solo hablamos de jubilación, que suponen el 60%; deben recordarse las pensiones de viudedad o las de orfandad, entre otras. La pensión media ronda los 900 euros
Hay que decir, frente a los temores, que el sistema requeriría modificaciones menores para mantener la contributividad. Si se volviera a pagar las cotizaciones de los cuidadores de las personas con dependencia y se reforma la cotización por accidentes de trabajo, la Seguridad Social podría situarse en niveles parecidos a 2011.
El problema son las no contributivas y los complementos a mínimos, es decir las más bajas, que requerirán de presupuesto, cosa difícil con los actuales niveles de déficit.
Miguel de la Balsa