El caso del aeropuerto de Ciudad Real no es una excepción en España, pues son varios los ejemplos de aeródromos españoles en los que se han invertido cantidades millonarias y no han logrado ninguna rentabilidad.
El aeropuerto de la capital manchega se une así a los de Castellón, León, Huesca y Burgos. Instalaciones que levantaron muchas expectativas, pero que no lograron ser un modelo de infraestructura bien aprovechada. En total, estos aeródromos suman 815 millones de inversiones.
Ninguno de estos aeropuertos han alcanzado los 100.000 pasajeros al año. El que más cerca está es el de León, pues en 2010 lo usaron algo más de 93.000 viajeros. En lo que va de este año, han pasado por allí casi 68.000. Costó 80 millones, o lo que es lo mismo, cada pasajero cuesta unos 500 euros.
También ha salido caro el aeropuerto de Huesca. Se invirtieron 40 millones de euros y, desde que abrió en 2007, lo han utilizado sólamente 20.000 pasajeros. El coste por viajero se eleva casi a los 2.000 euros.
El aeródromo de Burgos se inauguró en 2008, con una inversión de 45 millones y medio, para 103.000 pasajeros desde entonces. 443 euros por viajero. Aunque el aeropuerto que ostenta el dudoso honor de liderar la lista de aeródromos fallidos es el de Castellón. No se ha estrenado y ya ha costado 150 millones.