El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero dice estar convencido de que España será uno de los países más atractivos para los inversores en el futuro. Los datos actuales, sin embargo, no indican, en absoluto, que vaya a ser así. La colocación esta mañana de deuda a tres años por importe de 2. 468 millones de euros, se saldó con un aumento de la rentabilidad del 47% sobre la anterior, cuya subasta se realizó en plena crisis fiscal griega. El Gobierno ha preferido verlo por el lado positivo e indica que ha habido demanda “lo que significa que, pese a las turbulencias, la deuda española sigue gozando de la confianza de los inversores”, dicen. Las fuentes consultadas apuntan también al estirón que ha dado la Bolsa, que acumula una subida del 7% en dos días, para apuntalar la idea de que las medidas tomadas van en la buena dirección.
Fuentes de Moncloa, además, han indicado que hay más medidas en puertas, pero que no se presentarán posiblemente hasta la próxima semana o la siguiente. Todo va a depender, como hasta ahora, de la presión que ejerzan los mercados. La advertencia lanzada el viernes pasado por Joaquín Almunia, comisario europeo de Competencia, cuando hablaba de falta de confianza de los mercados hacia España, ha sido decisiva para que el Gobierno se viera obligado a reaccionar.
Recortar más el gasto del Estado, aumentar los ingresos y fomentar la actividad de las empresas, el leit motiv de las nueve medidas anunciadas el miércoles, han permitido la tregua de los mercados, pero los expertos las ven como parches y algo desestructuradas. Por ello, los ministerios con más contenido económico están trabajando en diversos frentes para ampliar la actividad de las empresas sin que los ingresos del Estado se vean demasiado afectados. Por la cabeza de Economía ronda la idea de reformar el impuesto de sociedades “porque hay muchos incentivos que hacen que, al final, sean muy pocos los que cotizan por el 30% de los beneficios”, señalan. Este tributo es el que más se ha visto recortado por la crisis. Según datos de la Agencia Tributaria, las empresas con números negros sólo cotizan de media por debajo del 20% gracias a las deducciones.
Las principales novedades previstas estarán también, dicen, en el campo de las políticas activas de empleo, aunque siguen sin concretarse.
En el terreno de la inversión, el Ministerio de Fomento prepara un programa para poder atraer inversión extranjera en inmuebles. La idea es presentar al mercado español como seguro y atractivo para la inversión foránea y poner en valor un stock de más de 1,2 millones de viviendas que tardarán, como mínimo, 6 años en ser absorbidas, dada la débil demanda interna. Pero muchos jubilados, fundamentalmente británicos, han visto cómo dejar en manos de los bancos la vivienda de la costa que habían adquirido a crédito no ha servido para zanjar su deuda con las entidades financieras. Por ello, el Gobierno trabaja en una reforma de la ley para evitar posibles abusos por parte de los bancos en esta materia.
La rehabilitación va a ser otra de las vías a través de las que el Ministerio que dirige José Blanco quiere animar el deteriorado sector del ladrillo. El ministro afirma que esta actividad puede crear más empleo que la construcción o la edificación.
El Gobierno ha reclamado la ayuda de los principales grupos turísticos españoles para que sigan invirtiendo en el mercado español ya que considera que el turismo es una de las principales fuentes de ingresos y donde España tiene una clara fortaleza competitiva.
Fuentes del ministerio de Economía han señalado que otro de los objetivos es permitir el desarrollo de nuevas empresas y que se trabaja en normas que eviten las trabas a su actividad. Estas medidas, junto a un mayor control del fraude fiscal y una lucha férrea contra la economía sumergida completarían el nuevo paquete de medidas.