sábado, mayo 18, 2024
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Un ambicioso Atlético despacha a un Valencia mediocre

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El duelo, histórico por la entidad de los dos contendientes, tenía al Atlético como favorito. Y los de Simeone eran conscientes, pues al contrario que en otros duelos, asumió el dominio desde el inicio. Con el balón, movimientos rápidos y peligrosos; sin el esférico, atrás, con la idea de salir a la contra. El Valencia, en cambio, evidenció muy pronto por qué están en mitad de la tabla. Sólo André Gomes mostraba cierta fluidez en el pase y en la salida del balón, el resto, pases horizontales y hacia atrás. Al final, los de Neville optaron por los balones largos, que siempre suponen un riesgo menor.  

Griezmann aprovecha un error de Fuego

Las ocasiones eran rojiblancas. Koke, con un disparo raso, y Vietto, advertían a los locales. Pero la gran figura del Atlético era Griezmann. El francés, rápido, se ofreció constantemente. Sus movimientos sin balón volvieron loca a toda la zaga valencianista. En los blanquinegros, sólo una volea de Cheryshev hacía intervenir a Oblak. El buen momento del Atlético se refrendó en la presión. Como ya hiciera ante el Madrid, los pupilos de Simeone por momentos apretaron más. Y ahí llegó el error de Javi Fuego, similar a los que a Parejo le han supuesto la suplencia. Griezmann le robó el esférico en zona de tres cuartos de campo y con un disparo colocado con su pierna izquierda abrió el marcador.

Cheryshev y Alcácer, la amenaza valencianista

Aunque poco le duro la alegría a los visitantes. El Valencia, en una obra maestra, representó el gol del empate a la perfección. Siqueira centró desde la izquierda y Alcácer, con un gran gesto técnico, dejó dormido el balón para Cheryshev, que con su pierna izquierda batió a Oblak e hizo el empate. Un tanto que permitió a los de Neville recuperar la confianza de inmediato. Y es que desde entonces se vislumbró a un Valencia diferente. Con más corazón que táctico, pero convincente. El ruso, con otra asistencia del delantero español, pudo poner a su equipo por delante.

En el Atlético, Griezmann se erigía vital. El francés retrasó su posición, como Messi hace en el Barcelona en ciertas ocasiones, y tomó la batuta del equipo. Sirvió buenos balones a Vietto, que por dos veces disparó contra la meta de Alves, aunque sin fortuna. El Atlético no consiguió retomar el dominio que había ejercido hasta el gol che. Con ese empate, y con una sensación de cierta equidad, se alcanzó el descanso.

Un Atlético superior

El segundo periodo arrancó de forma similar al primero: con un Atlético ofensivo y un Valencia echado atrás. Gabi buscó el gol desde la frontal, pero su disparo no encontró portería. El conjunto de Neville se asomaba de forma fugaz al área rival. Alcácer, a la media vuelta, pudo poner en problemas a Oblak, pero no impactó bien la bola. La mejor de las ocasiones la tuvo Vietto, muy activo durante todo el encuentro. El argentino le pegó duro dentro del área, pero Alves, con una mano milagrosa, desvió el balón al larguero.

Llegado el minuto quince, ambos técnicos movieron el banquillo. Neville de forma obligada por una lesión de Cheryshev, que se retiró lamentado. Simeone, para buscar la victoria, optó por Torres y Correa en detrimento de Vietto y Kranevitter. Una decisión acertada la del técnico rojiblanco, ya que el ariete de Fuenlabrada iba a ser el encargado de desequilibrar la balanza. Como no, a balón parado, siempre una de las bazas colchoneras. Koke centró y Giménez cabeceó al segundo palo, donde Torres se hallaba completamente sólo. El español empujó el balón a la red para situar el 2-1.

Era el momento más crítico del Valencia. Una situación que agravó cuando Santos recibió la segunda amarilla por una entrada a Torres. Neville, tras hacer caso a la petición de Mestalla, introdujo a Negredo a la desesperada. Pero la ambición del Atlético era imposible de frenar, algo que manifestó Carrasco con un tanto que acrecentó la herida del rival. El belga se adentró en el área y con un potente zurdazo superó a un errático Alves. Fue el golpe definitivo a un Valencia, que fruta del cansancio se entregó a un Atlético insistente. El triunfo permite al equipo de Simeone mantener afianzada su segunda plaza y seguir la estela del Barcelona. El conjunto che, undécimo en la clasificación. 

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