martes, mayo 7, 2024
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Madrid ya tiene un Plan de Empleo

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La pasada semana se celebró el segundo debate de la ciudad de Madrid. En él, la alcaldesa Manuela Carmena, aseguraba que Madrid “está bien y mejor que estaba”. En mi opinión es evidente que Madrid está mejor que estaba, pero “bien” aún no es una calificación adecuada. Después de años y años bajo gobiernos del PP, la ciudad de Madrid tiene que ir curando muchas heridas. Dos años no han sido tiempo suficiente para cicatrizar deficiencias y saqueos.

Los gestos son muy importantes y no podemos obviar, por ejemplo, la aplicación, no exenta de polémica, de la Ley de Memoria Histórica en el callejero, con el cambio nominal de algunas calles y el especial reconocimiento a la figura de Marcelino Camacho.

También es cierto que se ha producido un aumento de gasto social o que se han aplicado valientemente medidas anticontaminación, así como algo fundamental: la nueva correlación de fuerzas ha impulsado el renacer del dialogo social  con la puesta en marcha del Consejo Local, que ha tenido como consecuencia la reciente firma del Plan de Empleo 2017-2019. Todos los agentes sociales (CCOO, UGT, CEIM) nos hemos involucrado con el Ayuntamiento creando esta herramienta para incentivar la creación de empleo en la ciudad.

El presupuesto con el que cuenta el plan alcanza los 800 millones de euros del presupuesto municipal, y los puestos de trabajo que podría generar, si se cumple escrupulosamente, podrán contribuir a reducir el paro a un solo dígito. Rebajar un 20 por ciento el número de personas desempleadas en la capital es un reto ambicioso dadas las limitaciones competenciales del municipio. Por supuesto, estamos hablando de empleo digno y de calidad que posibilita un desarrollo armónico respecto a convenios colectivos y clausulas sociales en toda la contratación directa e indirecta del Ayuntamiento.

Para poder acometer soluciones, previamente hay que realizar un diagnóstico de la situación. Este diagnóstico se ha realizado y evidencia las diferencias sociales y económicas entre los distritos Madrid.

Si diseccionamos el plan acordado, nos encontramos con 62 medidas comprensibles, evaluables y posibles de llevar a la práctica. En definitiva, desde el ecuador de la legislatura municipal, nos hemos dotado de una herramienta práctica para los dos próximos años.

Esas 62 medidas conforman seis grandes bloques: acciones enfocadas a la mejora de la empleabilidad e intermediación laboral; políticas sociales; políticas de apoyo al empleo autónomo, PYMES y emprendedores; incentivación del empleo en sectores estratégicos y nuevos yacimientos de empleo; Plan de choque I+D+i; impulso y dinamización de la Economía Social.

Quizá destacaría del plan la preocupación por sectores estratégicos y el apoyo a una industria de calidad, lo cual implica su adaptación a las nuevas realidades. En este contexto es imprescindible una rehabilitación de los polígonos industriales que los dote de una mejor movilidad y de nuevos servicios, como la fibra óptica.

Asimismo, resultan especialmente interesantes los proyectos de inversión, sobre todo, los dirigidos a equipamientos sociales, rehabilitación de viviendas o al comercio de proximidad y los mercados abiertos.

Sin duda, sería imprescindible que se llevara a la práctica un plan estratégico que englobara IFEMA y aeropuerto para que arrancara el turismo de negocio. Con él, hay que impulsar espacios y escenas urbanas. Solamente medidas de este tipo pueden generar mil puestos de trabajo directos e indirectos. El mundo de los negocios, la cultura, el ocio, la hostelería, el turismo…, deben ir de la mano en una ciudad moderna y cosmopolita como Madrid.

Es el momento, y así se plasma en el plan, del apoyo al autoempleo, de las pequeñas y medianas empresas y de personas auténticamente emprendedoras. Es el momento de colaborar con la Comunidad de Madrid para acoger empresas con implantación real, que huyen de Londres a consecuencia del brexit. Pero también es el momento de facilitar las cosas y agilizar burocracias decimonónicas, cuando no, surrealistas.

Por supuesto, esa ciudad moderna y cosmopolita no puede olvidar a las personas más desfavorecidas, por lo que el objetivo firmado implica el incremento de centros de servicios sociales, así como trabajadores y trabajadoras de este sector, que actualmente son víctimas de unas ratios enormes. En este escenario también es muy importante la coordinación con los servicios que presta la Comunidad de Madrid porque hay que alcanzar la cifra de cien mil domicilios que requieren teleasistencia.

En definitiva, se trata de un plan ambicioso pero factible. Es un diagnóstico y una toma de medidas para sanar heridas. Un acuerdo que tiene sus principales riesgos en el permanente ajuste que sufre el presupuesto municipal por una legislación austericida que el Parlamento debe derogar

Jaime Cedrún

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