domingo, mayo 19, 2024
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Un E3 de transición

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El final de esta semana trae consigo el cierre de la última edición de la Electronic Entertainment Expo de Los Ángeles y las primeras conclusiones sobre todo lo acontecido en la feria, que en líneas generales ha rayado a gran nivel. Si lo ha hecho se ha debido en gran medida gracias a que contaba por una vez con amenas conferencias hechas por y para los jugadores, llenas de anuncios y proyectos con los que rellenar el calendario de futuros lanzamientos de todas las consolas que pueblan el mercado.

Por un lado el evento ha servido a Microsoft para demostrar el cambio radical acontecido en su directiva a lo largo del último año. La compañía norteamericana ha vuelto a centrarse en los jugadores de toda la vida, en aquellos que llevaron a la marca a colocar más de 80 millones de consolas en el mercado la pasada generación. Para ellos ha ofrecido un catálogo nutrido de grandes nombres y cargado de exclusivos, se ha olvidado del polémico Kinect, y ha evitado mencionar palabras como “cine”, “televisión” y cualquiera que pudiera volver a acercar a Xbox One al concepto de centro multimedia y no al de consola.

Sony ha hecho lo propio, presentando uno de los catálogos más completos del mercado y demostrando porqué estaban equivocados todos aquellos que creían que la gigante se había dormido en los laureles como consecuencia de las impresionantes ventas cosechadas por PlayStation 4 solo por el nombre. A pesar de ello hubo tiempo para sacar pecho y presentar ante el público funcionalidades extra para la consola. Es de suponer que ha ayudado a Microsoft de cara a comprender la diferencia entre hacerlo una vez se ha demostrado que los juegos siguen siendo lo primordial en la plataforma y hacerlo al mismo tiempo que se presenta ésta. A pesar de ello la actuación de Sony no ha estado exenta de crítica al seguir PlayStation Vita en el limbo, relegada a morir siendo poco más que un complemento de su hermana de sobremesa, un cajón en el que acumular juegos indies.

Nintendo, sin hacer una presentación espectacular, ha reivindicado el catálogo de Wii U y sorprendido, tanto por las formas tenidas en el acto, como por los contenidos que el mismo ofrecía a Wii U y 3DS. Una puesta en escena tan diferenciadora de las del resto como acostumbran a ser sus juegos, habituados a luchar con la sequía de lanzamientos que supone la ausencia de multiplataformas.Entre las tres compañías han surgido todo tipo de nombres de la talla de 'Star Wars', 'Mass Effect', Halo', 'Zelda' o 'Uncharted'. Y a pesar de que la lista de anuncios ha sido la más amplia de las últimas ediciones, no deja de dar la sensación de que ha sido un E3 de transición, de que la nueva generación aún no ha terminado de arrancar. Algo que parece evidente cuando uno se pregunta cuántos de los títulos anunciados verán la luz en 2014 y solo necesita usar los dedos de las manos para contarlos.

El aumento en los costes de desarrollo en las nuevas consolas se ha incrementado ostensiblemente, hasta el punto de pillar por sorpresa a algunas empresas del sector, que empiezan a adaptarse al precio de los recursos y a las nuevas exigencias de calidad con casi un año de retraso. No han sido pocas las empresas que han tratado de salir al paso con vídeos prerrenderizados que poco o nada tendrán que ver con el producto final, e incluso las que se han visto obligadas a presentar sus trabajos con poco más que un logo y un diario de desarrollo en el que apenas había una sola secuencia del juego.

Llegar a los 1080p y conseguir las 60 imágenes por segundo al mismo tiempo ha resultado no ser tan fácil como cabría esperar, y los retrasos y aplazamientos en el desarrollo de los títulos han pasado a estar a la orden del día, así como el cierre de los estudios más pequeños y la ampliación de los peces grandes. Los juegos en la actualidad necesitan de más personal e inversión y parece ir a ser un habitual que aumenten los vacíos en los calendarios entre juego y juego.

Por ello habrá que confiar en que sea el E3 de 2015 el que termine de asentrar a la nueva generación, y en el que las experiencias jugables tengan más minutos en las conferencias de prensa que los espectaculares y vistosos tráiler de esta edición. La feria nos deja hype, ilusión, esperanza, ganas de saber más sobre un montón de nombres... pero pocos motivos por los que coger un mando lo que resta de año.

Un E3 con más humo que otro cosa.

David Arroyo

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