En la vida estamos rodeados por cosas simples y complejas. Hoy me voy a referir solo a los elementos complejos, porque de los simples ya se ha hablado demasiado. No se por qué, cada vez que hablo de cosas simples me viene a la mente Zapatero. Pero dejemos esta simpleza para la memoria histórica ya que el pobre caballero se ha ganado un puesto de honor por méritos propios en la Historia de España.
En cuanto a elementos complejos, se me ocurre a voz de pronto: el cuerpo humano, un equipo de baloncesto…, un país; España y algunos más que no vienen a cuento. Todos tienen en común esta premisa: el conjunto de sus elementos es más que la suma de sus partes.
Efectivamente, un equipo de baloncesto no es la suma de cinco deportistas, es algo más. Imagina cinco jugadores metidos en una cancha jugando sin ser realmente un equipo. Pues es como el Gobierno de España en la era de Zapatero, unos elementos simples agrupados en torno a un elemento simple, sin coordinación ni estrategia, malgastando dinero sin parar y tirando pelotas sin acertar.
Un equipo es algo más que la suma de todos sus jugadores. Son cinco deportistas y un entrenador luchando por superarse, por hacer jugadas maestras, por conseguir las mismas metas, por sobrepasar a los demás equipos. Los miembros de un buen equipo nunca se miran a la cara porque todos miran en la misma dirección. Estoy hablando de coordinación, estrategia, rentabilidad, unidad, entrega, compañerismo. En definitiva, de inteligencia colectiva.
Creo que todo esto lo entienden hasta los imbéciles, entonces ¿por qué no se comprende cuando hablamos de España?
Un país es un elemento complejo formado por varios elementos simples que funcionan coordinadamente como el cuerpo humano o un equipo de baloncesto. O por lo menos debería de serlo. ¿Te imaginas en un equipo que cada jugador lleve una camiseta de distinto color?
Si hablamos del idioma, el equipo puede estar compuesto por negros, chinos –me refiero a algún chinito alto- o por jamaicanos, pero todos tendrán el mismo idioma para comunicarse. Pero no porque los traductores con auriculares sean incómodos, es porque sería una perfecta gilipollez. Un buen equipo no puede perder el tiempo en estupideces, debe ser productivo y operativo.
Teniendo claro lo que es un equipo, es fácil entender que el máximo responsable de todo es el entrenador y tiene la obligación de que todo el conjunto se comporte como un solo elemento. El entrenador es el responsable de todos los triunfos o fracasos, -si los hubiera- de hecho el entrenador es el primero que cambia si los resultados no son óptimos. Entonces, ¿entenderías que por ineptitud del entrenador se pasara a tercera regional y que encima se tomaran represalias contra los jugadores? Es más, ¿entenderías que además de ser un entrenador inepto, saliera de rositas con un sueldo vitalicio?
Eso es lo que ocurre en España, no somos equipo ni tan siquiera una comparsa. Tenemos un entrenador que jamás se ha dedicado a este deporte, no ha tenido ningún éxito en su vida, es un fracasado, nos ha prometido el oro y el moro. Y del oro no se sabe nada.
En fin, hemos perdido todas las oportunidades por goleada y desde luego, no estaremos de nuevo en primera división hasta el 2020. Eso si conseguimos levantarnos.
Pero lo más gracioso de todo es la banda de jugadores idiotizados que componen este equipo de España. Se ha decidido cambiar de entrenador pero ya se sabe que venga quien venga a dirigir España, se va a castigar a los jugadores recortando el sueldo a los mismos, subiendo y poniendo nuevos impuestos, aumentando las horas de entrenamiento, etc. Como si la culpa de tal desastre hubiera sido de los jugadores.
Los jugadores queremos entrenar más duro para levantar el país, pero también queremos ser más felices, poder fumar y beber los “findes” en el pub, queremos que se quiten todas las prohibiciones, estamos hartos de sentirnos acosados y perseguidos por el Estado y desde luego, queremos llegar a fin de mes. Eso sí, todos con la misma camiseta, el mismo idioma, que aquí, lo que hay que levantar es España y dejar de contar tanta patraña.
España no es la suma de Andalucía, de Galicia, de Valencia, del País Vasco, etc. No, España es algo más que las suma de sus partes. Esto lo sabes tú, lo saben los periodistas, lo saben los políticos, lo sabemos en Masby y lo sé yo. Lo imbéciles no lo saben ni jamás lo sabrán.
Así lo pienso y así te lo cuento.
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Juan Vicente Santacreu