miércoles, mayo 8, 2024
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El futuro de Zapatero y los chascarrillos de Bono

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Quienes conocen a Bono y han seguido su trayectoria en Castilla-La Mancha conocen a la perfección uno de los recursos dialécticos del Presidente del Congreso: la utilización de frases hechas, chascarrillos, citas y refranes que dichos en su boca parecen propios. La frase que todo el mundo en España ha recogido como respuesta a las preguntas sobre la sucesión de Zapatero, es algo que los ciudadanos políticos castellano-manchegos han escuchado en numerosas ocasiones. Al escucharlo nuevamente no les habrá sorprendido. Claro que, en la capital de España y en los pasillos del Parlamento, la resonancia es infinita. Que nadie piense que esa frase, de autor anónimo, es fruto de la improvisación. Bono no deja nada al azar, tiene el don de la oportunidad como sexto sentido y, por tanto, que a nadie le quepa duda de que ha elegido el tema y el momento adecuado para soltar la frase por primera vez en Madrid rodeado de periodistas, por supuesto.

A estas alturas solo él y sus más allegados saben si se presentará a unas hipotéticas primarias como tercer elemento entre los futuribles Chacón y Rubalcaba. Pero, incluso este dato, es lo menos relevante. Lo verdaderamente importante para Bono es haber transmitido la imagen a toda España y a los medios de que él sabe lo que todo el mundo quiere conocer.  

Y no es la primera vez. Recordemos que a principios de diciembre de 2007 sorprendió a propios y extraños cuando, en otro alarde de conocimiento, insinuó que Zapatero no repetiría en una tercera legislatura.  ¿Ya sabía algo sin que hubiera concluido la primera? Lo cierto es que, de cara a la opinión pública y los periodistas, el de Albacete parece haberse convertido en el confidente más cercano a Zapatero, papel que, por otra parte, ambos han alimentado con esas largas entrevistas en el Congreso.

El país, como ha dicho Rajoy, no necesita más sobresaltos ni rumores, sino acción contra el paro, garantizar las pensiones y devolver la confianza a la economía, por ejemplo. Todo lo demás, incluida la sucesión es superfluo.

Y en eso tiene razón Bono cuando en su reflexión “sanchopancista” dice que “el bien no hace ruido y el ruido no hace bien”. Solo hace falta que quien hace ruido se de cuenta de que hace mal.

También podríamos finalizar con otro chascarrillo que el Presidente del Congreso todavía no ha introducido en Madrid,  pero sí lo ha pregonado con profusión en Castilla-La Mancha: “Ca uno es ca uno y tiene su cauná”.  En manchego es como decir “yo y mis circunstancias”.

Y así estamos, tres años pagando las circunstancias de Zapatero.

Editorial Estrella

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