Pep Guardiola dijo, en vísperas de la conquista de la sexta copa del año, que el porvenir es oscuro. El entrenador barcelonista aventuraba que será muy difícil protagonizar una campaña parecida. Lo conquistado es un hito tan difícil de repetir que es la primera vez que un equipo lo consigue.
Cuando Guardiola se hizo cargo del equipo pocos creían en su capacidad para llevar a cabo una campaña ni siquiera parecida. Solamente había entrenado en Segunda B y el salto se consideraba muy problemático. Ahora, en el caso de que acabara su función, su sucesor podría decir aquello de que «difícil lo dejáis para vos y para mí».
Se ha dicho repetidamente que a lo sumo se puede aspirar a igualar el récord. Quedarse a mitad de camino, ganar Liga, Liga de Campeones y Copa del Rey, haría feliz a todos los clubes españoles. Se supone que quien ganara las tres competiciones citadas sumaría algo más, pero llegar a la sexta, probablemente, será algo para recordar, para consultar en las hemerotecas.
El Barça se siente feliz, con todo merecimiento, y seguirá aspirando a ganar más títulos y, sin embargo, lo tendrá muy complicado porque, finalmente, a Manuel Pellegrini ya no quieren negarle el turrón navideño y el equipo madridista comienza a satisfacer a los más exigentes.
El fútbol español está enrachado tras la victoria en la Eurocopa. Ahora, lógicamente, se sueña con la posibilidad de que en Liga de Campeones y Liga de Europa caiga algún título más. El Mundial de Sudáfrica empieza a parecer objetivo a nuestro alcance.
Julián García Candau