Después de cinco días de la entrevista entre el presidente nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, y el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, en el Parador Nacional de Alarcón, en la provincia de Cuenca, lo único que ha trascendido son unas sorprendentes declaraciones del presidente de la Generalitat valenciana en las que da cuenta de que en el Partido Popular «nos apoyamos todos, que es lo importante, estamos todos muy contentos y todo eso es muy bonito». Como se puede comprobar, toda una declaración institucional después de una semana de intensos rumores en los que se ha hablado de la descalificación de la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, que, en su momento, pidió «contundencia» en la reacción de la Comunidad Valenciana en los casos de corrupción y, sobre todo, en el escándalo de financiación ilegal del partido en la Comunidad, en la que aparece implicada la ‘trama Gürtel’.
Mientras desde Génova se guarda un absoluto silencio sobre la entrevista entre Rajoy y Camps, en un terreno elegido por el presidente de la Comunidad Valenciana, el presidente-fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, declara que da la sensación de que, con el escándalo, el partido en la Comunidad Valenciana «no vaya muy bien» y que toda la estrategia del Partido Popular pasa por «ganar tiempo para resolver los problemas importantes de Valencia, y ahí los hay». Son muchos los colaboradores de Rajoy que le piden una posición firme ante Camps y ante las sucesivas informaciones, cada vez más comprometidas, de una financiación ilegal del Partido Popular.
Aunque las encuestas que han aparecido a lo largo de este fin de semana indican un triunfo del Partido Popular en unas futuras elecciones generales, la situación de deterioro por la que está atravesando el Gobierno, y la falta de credibilidad de las medidas económicas que se vienen adoptando para combatir la crisis económica, deberían establecer mucha más diferencia que los tres puntos y medio que refleja la encuesta del periódico El País, los más de cuatro puntos que refleja La Vanguardia o los dos puntos y medio que publica el periódico La Razón.
Quizá lo más preocupante para el Partido Popular sea que en las tres encuestas se percibe un rechazo a la oposición que está desarrollando el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, a la forma en que se enfrenta con las consecuencias políticas que está provocando el ‘escándalo Gürtel’ y el sorprendente dato de que tiene menos credibilidad, ante los ciudadanos, el líder de la oposición que el presidente del Gobierno.
Con la que está cayendo, dicen fuentes populares, la diferencia que separa al Partido Popular del Partido Socialista debería superar los diez puntos, y el liderazgo de Rajoy debería están definitivamente asentado después de un año y medio de oposición, durante el cual el principal partido de la oposición ha tenido la oportunidad de dejar claro cuál es su alternativa política y, sobre todo, cuál es su forma de gobernar ante una crisis económica como la española.
Ahora, en los momentos de las grandes decisiones, cuando ante la decepción de la política del Gobierno, la opinión pública exige medidas contundentes y claras sobre cómo gobernar, y sobre la forma de hacer frente a los problemas que están cercando al Partido Popular, es cuando tiene que demostrarse el liderazgo de Rajoy y de su nuevo equipo. No van a tener muchas más oportunidades.
José Oneto