viernes, mayo 17, 2024
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La dimisión de Solbes complica todo

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El presidente del Gobierno ha declarado que seguirá contando con los consejos del ex vicepresidente económico del Gobierno Pedro Solbes, que no ha querido siquiera esperar a la aprobación de la nueva Ley de Presupuestos para abandonar su escaño en el Parlamento, después de enviar un escrito al presidente de la Cámara, José Bono.

Zapatero, que ha insistido en que Solbes, que a partir de ahora se encargara de presidir la Junta de Supervisión del Grupo Asesor Europeo de Información Financiera) EFPAG, sigue siendo amigo suyo, ha estado probablemente más generoso con su antiguo ministro de Economía que con Jordi Sevilla, ex ministro de Administraciones Públicas, que también dimitió la pasada semana por discrepancias con la política económica del Gobierno y por la marginación en la que estaba dentro del PSOE.

Aunque la dimisión de Solbes se esperaba, el hecho de que no estuviese hasta el final en el último debate económico, en el que el presidente del Gobierno quedó prácticamente solo soportando la crítica de todos los partidos políticos, y sobre todo el que no haya esperado para dimitir a la discusión de los Presupuestos Generales del Estado, que están siendo elaborados por su sucesora Elena Salgado, ha despertado todo tipo de suspicacias dentro del Gobierno y del PSOE y ha servido de argumento al líder de la oposición, Mariano Rajoy, para lanzar el mensaje claro de que todos los antiguos ministros están abandonando al presidente por su peculiar forma de gobernar y por el mal trato que suele dispensar a sus antiguos colaboradores.

La dimisión de Jordi Sevilla, sobre el que el presidente no ha tenido el menor gesto de cercanía, la espantada de César Antonio Molina, ex ministro de Cultura, la salida de Pedro Solbes y la posible retirada de la vida parlamentaria del ex ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo para incorporarse a la carrera fiscal, han creado un cierto clima de sorpresa dentro de las filas socialistas.

Si además de este clima añadimos el desconcierto que dentro de las filas del partido han procudido los últimos mensajes del verano sobre los 420 euros para los parados que han agotado todo tipo de prestación social, la falta de información sobre qué impuestos van a subir, las contradicciones entre ministros por esas reformas impositivas, la falta de coordinación entre los miembros del Gobierno que no pueden seguir funcionando a base de globos sondas, la progresiva marginación de dirigentes socialistas que no coinciden con la nueva guardia pretoriana que rodea a Zapatero, el desprecio absoluto que el presidente y algunos de sus ministros sienten por antiguos dirigentes del PSOE que trabajaron con brillantez en los Gobiernos de Felipe González, el carácter optimista e improvisador del presidente, que insiste una y otra vez, en contra de los pronósticos de todos los organismos internacionales, en que lo más grave de la crisis ya ha pasado y que la recuperación económica se producirá al mismo tiempo que la de los países de la zona euro, han creado en el comienzo de curso un clima de preocupación y de derrotismo que no benefician en nada a las graves medidas que el Gobierno tiene que tomar para que su programa económico sea creíble. y sirva para tomar el impulso político que necesita conseguir un Zapatero cada vez más autista y más dependiente de asesores coyunturales.

José Oneto

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