domingo, mayo 19, 2024
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Fernández Álvarez recrea la vida de la mujer «más inquietante de la Corte de Felipe II» en ‘La princesa de Éboli’

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«La princesa de Éboli fue la mujer más inquietante de la Corte de Felipe II», declaró el autor de esta biografía, que no incluye datos nuevos, pero sí reconstruye completa su vida «como pocos se han atrevido», advirtió este martes Fernández Álvarez, quien denunció el «maltrato» que ha sufrido este personaje y el «morbo» que manifestaron muchos «por verla caer».

Perteneciente a la alta nobleza, Ana Mendoza de la Cerda contrajo matrimonio con Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli. A la muerte de su marido sostuvo relaciones con Antonio Pérez, secretario del rey, y participó con él en las intrigas políticas contra el monarca.

Descubiertos por Antonio Escobedo, secretario de Juan de Austria, ordenaron su muerte y fueron condenados por ello. La princesa de Éboli fue confinada en la fortaleza de San Torcaz y de allí se trasladó a Pastrana, donde murió en 1592.

Silenciar un «secreto»

«La princesa no era una maruja, como se dice ahora, sino que participaba activamente de los temas de Estado», declaró este historiador, que ha querido «acercarse» al personaje humano para desenmascarar a esta mujer, temida y admirada a la vez por Felipe II.

Según el autor, miembro de la Real Academia de la Historia, y profesor emérito de la Universidad de Salamanca y del Colegio Libre de Eméritos, Felipe II ordenó su reclusión para silenciar un «secreto» que la princesa conocía del monarca. La princesa de Éboli fue confinada en la fortaleza de San Torcaz y de allí se trasladó a Pastrana, donde murió en 1592.

En opinión de Manuel Fernández Álvarez este secreto podía acabar con la «credibilidad» del monarca, bien en el terreno político, bien en el terreno sentimental, ya que algunos aseguran que la princesa de Éboli pudo ser su amante.

El parche en el ojo

Para el autor, la princesa de Éboli acabó siendo una víctima más del poder arbitrario de Felipe II, quien consiguió mantener su silencio, vulnerando las normas judiciales, ya que no se estableció ningún proceso para dirimir su culpabilidad o inocencia.

Respecto a su parche en el ojo, el historiador señaló que la tesis más consolidada es que fuera tuerta, ya que existen documentos de la época en donde se habla de ‘la tuerta’, aunque no se sabe cuando se produjo su accidente.

Fernández Álvarez también confirmó otro de los ‘rumores’ de la historia: las malas relaciones entre la princesa de Éboli y Santa Teresa de Jesús, de quien el historiador ya ha empezado a recabar material para escribir su biografía.

Manuel Fernández Álvarez, premio Nacional de Historia en 1985, ha dedicado más de cincuenta años al estudio del siglo XVI. Entre sus obras más destacadas figuran el monumental Corpus documental de Carlos V (Salamanca, 1973-1981) y el ensayo Carlos V: un hombre para Europa. También es autor de los títulos Isabel la Católica;Felipe II y su tiempo;Juana la Loca. La cautiva de Tordesillas o Casadas, monjas, rameras y brujas.

Pablo Sebastián

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